El XXIX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética acordó reorganizarse de forma voluntaria mediante la unidad de los partidos comunistas de las ex-repúblicas soviéticas.

El 25 de Diciembre de 1991, el entonces secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, y Presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, compareció ante las cámaras de televisión para dar a conocer su decisión de renunciar a ese cargo del primer Estado socialista en la historia de la Humanidad.

La decisión de Gorbachov representó un duro golpe, no solo para los comunistas leales al legado de la URSS, de dentro y de fuera, sino también para la existencia misma de la Unión, que se quedó sin liderazgo frente a la arremetida de las huestes simpatizantes de un grupo corrupto que engordó bajo la sombra del Buró Político, encabezado por Boris Yeltsin, los llamados «chicago boys».

Sin embargo, la traición sufrida ante la confianza que la clase trabajadora delegaba en la dirección del Partido, la decepción provocada por la pugna de intereses y privilegios a los que estaba sometida la cúpula dirigente contraria completamente a las bases que formularon la edificación de la Unión Soviética, y el ejemplo que suscitaba en todo el mundo, no fué freno para que tanto el Partido como la URSS sobrevivieran en la conciencia de una buena parte de la militancia.

Como resultado de ello, y como efecto inmediato del proceso de desmembración de la URSS, el XXIX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), celebrado del 26 al 27 de Marzo de 1993, acordó reorganizarse y agrupar las fuerzas, con caracter voluntario y temporal, de los distintos partidos comunistas de las ex-repúblicas soviéticas.

Con la nueva organización ideológica, nacida del golpe contrarrevolucionario en 1991-1993, el cuál contó con el apoyo ofensivo de la reacción imperialista internacional, los comunistas tienen un objetivo claro: fortalecer esas organizaciones partidistas en cada república ex-soviética para garantizar la obtención del poder, y mediante un trabajo activo conducir voluntariamente a esos países hacia el restablecimiento del Estado de la Unión Soviética y restaurar a su vez el Partido Comunista unificado.

Para los comunistas de hoy está claro que el proceso mutilador de la URSS conllevó varios retrocesos para esas repúblicas que se autoproclamaron «independientes» del Estado socialista compartido. Eliminándose uno a uno, los grandes logros del socialismo, vieron ante sus ojos como el poder oligárquico transformó la realidad, mediante la desintegración de las fuerzas productivas, y los derechos garantizados por el Estado al trabajo, a la vivienda, a la educación y el tratamiento gratuitos y a la seguridad personal.

En los estados del territorio de la URSS, se implantó una ideología individualista, unido a la política del nacionalismo militante, y en buena parte trató de imponerse el anticomunismo, lo cuál condujo a guerras fratricidas, hemos visto numerables ejemplos, el más reciente, los conflictos militares en Ucrania, o la guerra territorial entre Armenia y Azerbaiyán.

Para la nueva organización del PCUS, que agrupa a los partidos comunistas de las diferentes repúblicas de la URSS, la victoria de la reacción es solo «temporal», según su liderazgo, el pueblo trabajador está convencido por su experiencia personal de que el capitalismo es un retroceso, hacia la pobreza y la anarquía, el desempleo masivo y la existencia semicolonial.

Los comunistas tienen confianza en que «la protesta del pueblo trabajador contra la política antipopular de los regímenes burgueses crece y se expande, la sociedad entra en una época de aguda lucha de clases. El movimiento comunista de masas está reviviendo y la influencia de los partidos comunistas en las masas está creciendo».

De ahí que, la organización partidista en el espacio post-soviético haya diseñado su estructura básica en su programa político de la siguioente forma:

  • La Unión de Partidos Comunistas (UPC-PCUS) es una unión internacional voluntaria de partidos comunistas iguales que operan en las antiguas repúblicas de la URSS.
  • La UPC-PCUS es una unión de partidos comunistas, cuya base ideológica y organizativa es el marxismo-leninismo en desarrollo creativo, el internacionalismo proletario, el centralismo democrático.

La primera fórmula política adoptada por la nueva organización es alcanzar la unidad y el fortalecimiento de los diferentes partidos comunistas en cada ex-república soviética, y su programa también detalla sus objetivos claramente:

  • Restablecimiento de la democracia en forma de soviets de diputados del pueblo trabajador, consejos de colectivos laborales y otras formas de autogobierno del pueblo.
  • La devolución, a través de la nacionalización socialista, de la gran propiedad: tierra, recursos naturales, sectores clave de la economía al verdadero propietario, el pueblo trabajador, que delega los derechos de propiedad en el estado y los colectivos laborales. La forma de propiedad determina el tipo de formación socioeconómica. La clase que posee los medios básicos de producción tiene el poder.
  • El retorno del país a la vía socialista de desarrollo, es decir, la restauración de la propiedad pública de los principales medios de producción, la auténtica democracia socialista, la transición a través de una serie de etapas sucesivas a la fase más alta del comunismo.
  • La restauración de repúblicas soberanas e iguales de pueblos hermanos soviéticos sobre una base voluntaria y sobre los principios socialistas de un estado de unión.

De tal manera, en los comunistas rusos, kazajos, bielorrusos, armenios, georgianos, ucranianos, uzbecos, y del resto de las ex-repúblicas de la URSS, está latente el deseo de hacer realidad esa voluntad unidad de restaurar lo que representa una obra colectiva que demostró alcanzar grandes victorias tanto en el ámbito económico como social.

Trás la decepción sufrida en 1991, por la alta dirigencia del Partido, tal vez sirva de aliciente para ellos el respaldo mayoritario de los ciudadanos soviéticos que en el único referéndum realizado para decidir sobre el destino de su su país común, más del 70% de los votantes estuvieron a favor de la permanencia del Estado socialista, y de igual forma tiene una mayor relevancia que al día de hoy, el Partido Comunista de la Federación Rusa sea la segunda fuerza política de la mayor ex-república soviética.

Quedó demostrado que la «Historia nó llegó a su fin» como proclamó Fukiyama, luego se arrepentiría de eso, Lenin dijo:

«Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía».

Ziuganov dijo que el colapso de la URSS en 1991 podría haberse evitado.

El colapso de la URSS podría haberse evitado si el pueblo hubiera defendido más vigorosamente sus intereses: la firma de los Acuerdos de Belovezhskaya no se habría producido y ahora el país estaría «por delante del resto del planeta», dijo el líder del Partido Comunista Guennadi Ziugánov.

«Era bastante posible (evitar el colapso de la URSS), y China lo demostró. Si en 1991 se hubiera encontrado un par de comandantes valientes y Yeltsin y estos conspiradores hubieran sido arrestados en Belovezhya, y la gente se hubiera apresurado a ir a defender sus intereses con más energía, entonces habrían estado por delante del resto, pero por ahora nos retorcemos en la agonía y en una crisis sistémica», dijo Ziuganov.

Según el líder comunista, uno de los logros de la Unión y el éxito de tal modelo de Estado fue que, habiendo «reunido bajo sus banderas a 190 pueblos y nacionalidades», el país logró no destruir «una sola lengua, fe y cultura.» Ziuganov llama especial la idea misma de la URSS, basada no en «el nacionalismo o las tradiciones imperiales, sino en la base del trabajo, la paz y la justicia».

«Otro logro muy importante es que el gobierno soviético consiguió una economía arruinada, un transporte destruido, un ejército desbocado, una esfera sociocultural entera paralizada y, sin embargo, logró restaurar esto a través del plan NEP», resumió Ziuganov.

«Pero debemos recordar: ya en la mañana del 22 de junio de 1941, nuestros abuelos y bisabuelos creían en la Victoria. Lo lograremos incluso ahora: ¡nuestro Estado inevitablemente renacerá en toda su grandeza! ¡Nuestra causa es justa, la victoria será nuestra!«, enfatizó Ziugánov.

Los Acuerdos de Belovezhskaya, que anunciaron el fin de la existencia de la URSS y la creación de la Comunidad de Estados Independientes, se firmaron el 8 de diciembre de 1991.

10810cookie-checkLa Unión Soviética será restaurada según los objetivos trazados por los comunistas reunidos en el nuevo PCUS

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