«La atracción gravitatoria solar sobre la Luna, que es 2,2 veces la atracción terrestre, provoca la deriva lunar, el alargamiento orbital y una excursión mensual radial de 1000 km del baricentro Tierra-Luna dentro del manto terrestre», detallan los autores del estudio.

Según se explica en un nuevo estudio, denominado ‘Vínculos de la energía planetaria con el tamaño de la luna, la órbita y el giro del planeta: un nuevo mecanismo para la tectónica de placas’, las corrientes de convección generadas por el núcleo caliente de la Tierra no serían las causas principales del movimiento telúrico de continentes y placas tectónicas, que forman partes de la corteza terrestre, o litosfera. sino que, las fuerzas gravitatorias del Sol, la Luna y la propia Tierra estarían desempeñando un factor esencial en el origen de esos fenómenos.

«Las aceleraciones laterales requieren fuerzas laterales. Proponemos que los desequilibrios de fuerza en el sistema único Tierra-Luna-Sol causan movimientos tectónicos cooperativos a gran escala», destaca la publicación elaborada por tres investigadores y publicado este 27 de enero, en la revista especializada GSA Special Papers, adjunta a la Sociedad Geolócica de Estados Unidos

Y es que para los autores del estudio, la hipótesis de que el efecto de calor y distribución variable proveniente del núcleo terrestre tendría energía suficiente como para mover la capa exterior del planeta, no se sustenta en sólidos argumentos, y en su lugar, situa en «desiquilibrio» del ‘baricentro’, foco de las masas en un sistema de cuerpos en órbita, y la deriva lunar, dos aspectos fundamentales en el desencadenamiento de esos movimientos telúricos en nuestro planeta.

«La atracción gravitatoria solar sobre la Luna, que es 2,2 veces la atracción terrestre, provoca la deriva lunar, el alargamiento orbital y una excursión mensual radial de 1000 km del baricentro Tierra-Luna dentro del manto terrestre», detallan los autores del estudio.

En ese orden, se añade que «el giro de la Tierra superpone un circuito aproximadamente longitudinal de 24 h del baricentro. Debido a que el baricentro oscilante se encuentra a 3500–5500 km del geocentro, la aceleración orbital tangencial de la Tierra y la atracción solar están desequilibradas», indican los especialistas.

El alargamiento de la órbita lunar y una excursión radial mensual del baricentro de aproximadamente 1.000 kilómetros son dos fenómenos vinculados y se deben a la atracción gravitatoria del Sol sobre la Luna, que tiene un valor 2,2 veces mayor que la terrestre sobre su propio satélite natural. Las temperaturas en las capas superiores del planeta son el resultado de la fuga de calor radiogénico desde el interior hacia el espacio, pero una combinación de aceleración e inercia tiene mucho más efecto sobre los movimientos en la litosfera.

Los expertos estiman, que ese desequilibrio genera tensiones soportadas por las «cálidas, gruesas y fuertes capas interiores del planetar», mientras que, «la litosfera fina, fría y quebradiza responde fracturándose».

Anne Hofmeister, geofísica de la Universidad de Washington en San Luis y autora principal del estudio, explicó que sin la Luna y las oscilaciones que provoca entre el baricentro y el centro físico de la Tierra, no veríamos esta actividad telúrica de las placas terrestres. «Nuestra Luna es excepcionalmente grande y su tamaño y la distancia concreta del Sol son esenciales», destacó la especialista.

La investigación pone de relieve que la presencia y longevidad del volcanismo y del tectonismo dependen de una combinación concreta del tamaño de la luna, la orientación orbital de esta y la proximidad al sol. Para ello, aplicaron sus cálculos a varios planetas rocosos del Sistema Solar y sus lunas, resaltando que ninguno de los cuales ha tenido actividad tectónica confirmada hasta la fecha. 

«Una comparación de planetas rocosos muestra que la presencia y la longevidad del vulcanismo y el tectonismo dependen de la combinación particular del tamaño de la luna, la orientación orbital de la luna, la proximidad al Sol y las tasas de rotación y enfriamiento del cuerpo. La Tierra es el único planeta rocoso con todos los factores necesarios para la tectónica de placas», dice el estudio.

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Crecen las alarmas entre la comunidad científica ante auge por implementar el enfriamiento del planeta Tierra.

Diversos académicos de todo el mundo, han expresado en una carta abierta titulada «Acuerdo para el no uso de la geoingeniería solar», su rechazo y preocupación ante los efectos y los riesgos que conllevaría una posible implementación de planes para enfriar el planeta Tierra, en aras de reducir el impacto del calentamiento global, instando a que los países adopten medidas urgentes para la prohibición de esta práctica.

«Hacemos un llamado a la acción política inmediata de los gobiernos, las Naciones Unidas y otros actores para evitar la normalización de la geoingeniería solar como una opción de política climática. Los gobiernos y las Naciones Unidas deben afirmar un control político efectivo y restringir el desarrollo de tecnologías de geoingeniería solar a escala planetaria. Específicamente, llamamos a un Acuerdo Internacional de No Uso de Geoingeniería Solar», destaca el documento.

La misiva detalla, que la geoingeniería solar es un conjunto de tecnologías hipotéticas en busca de reducir el ingreso de la luz del Sol a nuestro planeta, y en la cuál, una de las opciones para alcanzar ese propósito sería inyectar una gran cantidad de partículas reflectantes en la atmósfera superior de la Tierra.

«Los crecientes llamados para la investigación y desarrollo en geoingeniería solar son motivo de alarma», «se desconocen los riesgos de la manipulación a gran escala de la atmósfera y que sus impactos varían para diferentes regiones, generando incertidumbre sobre sus efectos en los patrones climáticos, la agricultura y fuentes hídricas», advierten los expertos. «Varios científicos han lanzado proyectos de investigación sobre geoingeniería solar y algunos lo ven como una posible opción de política futura», agregan.

Entre las alertas que subrayan los académicos en su texto, se resalta el hecho de que «los riesgos de la geoingeniería solar no se comprenden bien y nunca se pueden conocer por completo. Los impactos variarán según las regiones, y existen incertidumbres sobre los efectos en los patrones climáticos, la agricultura y la provisión de las necesidades básicas de alimentos y agua», dicen.

Además, indican que «las esperanzas especulativas sobre la disponibilidad futura de tecnologías de geoingeniería solar amenazan los compromisos de mitigación y pueden desincentivar a los gobiernos, las empresas y las sociedades a hacer todo lo posible para lograr la descarbonización o la neutralidad del carbono lo antes posible».

En ese orden, subrayan que «la posibilidad especulativa de que la futura geoingeniería solar corre el riesgo de convertirse en un poderoso argumento para que los cabilderos de la industria, los negacionistas climáticos y algunos gobiernos retrasen las políticas de descarbonización».

Los expertos también señalan, que «el sistema de gobernanza global actual no es apto para desarrollar e implementar los acuerdos de gran alcance necesarios para mantener un control político justo, inclusivo y efectivo sobre el despliegue de la geoingeniería solar».

«La Asamblea General de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático son incapaces de garantizar un control multilateral equitativo y efectivo sobre el despliegue de tecnologías de geoingeniería solar a escala planetaria. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, dominado por solo cinco países con poder de veto, carece de la legitimidad global que se requeriría para regular efectivamente el despliegue de la geoingeniería solar», dice la misiva.

Los firmantes del documento, indican a su vez que «estas preocupaciones también surgen con los arreglos de gobernanza informales, como los diálogos de múltiples partes interesadas o los códigos de conducta voluntarios. Los arreglos informales enfrentan barreras de entrada por parte de actores menos poderosos y corren el riesgo de contribuir a la legitimación prematura de estas tecnologías especulativas».

«Sin controles globales y democráticos efectivos, la geopolítica del posible despliegue unilateral de la geoingeniería solar sería aterradora e injusta. Dados los bajos costos monetarios anticipados de algunas de estas tecnologías, existe el riesgo de que algunos países poderosos se involucren en la geoingeniería solar de manera unilateral o en pequeñas coaliciones, incluso cuando la mayoría de los países se oponen a dicho despliegue», advierten los académicos, previendo los impactos de una posible puesta en marcha de estas iniciativas.

94750cookie-checkSegún expertos la causa principal de los terremotos está en el cielo y no en el núcleo de la Tierra

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