Los vertebrados y los invertebrados tienen cuerpos y estructuras cerebrales extremendamente divergentes.

En un innovador estudio, un grupo de investigadores describieron cómo los pulpos con la droga MDMA (Metilendioximetanfetamina, comúnmente conocida como éxtasis) actúan de manera similar a un humano socialmente ansioso con ese compuesto químico.

Gül Dölen, profesor asistente de neurociencia en la Universidad Johns Hopkins y coautor del artículo de Current Biology de 2018, le dijo al sitio web especializado ‘Inverse’, que cuando los pulpos están en MDMA, es como ver «un abrazo de ocho brazos».

El estudio toma como referencia el comportamiento del pulpo de dos manchas de California que, cuando no está intentando traer más cefalópodos de ocho patas a este mundo, prefiere estar en solitario.

También conocido por los científicos como Octopus bimaculoides, ese invertebrado «alienígena» pasa la mayor parte de su tiempo escondiéndose o buscando comida. En particular, los machos asociales evitan a las hembras asociales hasta que sus relojes biológicos dicen que es hora de asociarse. Es decir, hasta que estén en éxtasis, indica el artículo.

“Estaban muy sueltos”. “Simplemente se abrazaron con múltiples brazos”, resaltó Dölen, en el texto. Es conocido, que la MDMA desencadena un comportamiento prosocial en ratones y humanos, sin embargo, nunca ese efecto se ha visto en invertebrados como los pulpos, que son animales que no tienen columna vertebral.

Los vertebrados y los invertebrados tienen cuerpos y estructuras cerebrales extremendamente divergentes. Los científicos consideraron durante mucho tiempo que los pulpos no tenían la capacidad de ser sociales, pero este estudio hace que esa percepción ocupe una nueva observación al respecto.

El investigador explicó a Inverse, que debido a las mejoras en el análisis genético molecular «estamos comenzando a comprender las formas en que ambos grupos evolucionaron a partir de un ancestro común», dijo Dölen.

Como resultados del estudio se destaca el aporte como evidencia a la idea de que los comportamientos sociales tienen una larga historia evolutiva y que se remonta mucho más atrás de lo que creíamos.

Los científicos llaman la atención, de que esto a su vez, podría afectar significativamente lo que sabemos sobre la evolución del cerebro y por qué la terapia asistida por MDMA parece ser una herramienta tan útil para tratar el trastorno de estrés postraumático y la ansiedad en los seres humanos.

Los pulpos cuentan con una gran cantidad de huesos y 33.000 genes. Además, se cree que éstos son los primeros seres inteligentes de la Tierra, una particularidad que los diferencia completamente de todos los demás animales, incluidos los seres humanos, con un cerebro central que rodea el esófago y dos tercios de sus neuronas en sus brazos.

El estudio pone de relieve que los pulpos están separados de los humanos por más de 500 millones de años de evolución. No obstante, en base a que el cerebro del pulpo de dos puntos de California contiene un transportador de serotonina que permite la unión de MDMA, al igual que los cerebros humanos, esta única similitud fue el punto medio escogido por Dölen y el también científico, Eric Edsinger, del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Chicago, para llevar a cabo el estudio.

Anterior a que los pulpos fueran tratados en MDMA, Dölen y Edsinger ya habían planteado en la investigación, que la serotonina, que se cree que ayuda a regular el estado de ánimo, el comportamiento social, el sueño y el deseo sexual, es un neurotransmisor antiguo que se comparte entre las especies de vertebrados e invertebrados.

«Necesitábamos comprobar el genoma para asegurarnos de que los genes que codifican el transportador de serotonina, que es la proteína a la que se une la MDMA, seguían siendo un sitio de unión en los pulpos, incluso a pesar de que había pasado tanto tiempo evolutivo», explica Dölen.

El experto detalló, que al realizar “un mapeo de árboles filogenéticos y descubrimos que, a pesar de que todo su gen transportador de serotonina es solo entre un 50 y un 60 por ciento similar al de los humanos, el gen aún estaba conservado. Eso nos dijo que MDMA tendría un lugar para ir en el cerebro del pulpo y sugirió que podría codificar la sociabilidad como lo hace en un cerebro humano”.

Después de todo, sin MDMA, los pulpos de dos manchas de California prefieren ser solitarios. Un fenómeno que se corresponde con la reticencia de muchos científicos que solo recientemente comenzaron a aceptar que los invertebrados son incluso capaces de ser sociales.

En un estudio realizado en 2017, y publicado en el Journal of Experimental Biology, investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres escribieron sobre la posibilidad de que los invertebrados pudieran tener emociones, las cuáles «tradicionalmente ha sido descartada por muchos, ya que las emociones se definen con frecuencia en referencia a la experiencia subjetiva humana, y los invertebrados a menudo son no se considera que tenga los requisitos neuronales para habilidades tan sofisticadas», indica el texto.

Sin embargo, Inverse destacó que hay estudios recientes que ilustran un cambio en el pensamiento, han demostrado que los invertebrados como las babosas de mar, las abejas y los cangrejos muestran varios fenómenos cognitivos, conductuales y fisiológicos que sugieren estados internos que recuerdan las emociones.

«Por eso es tan importante el hecho de que los pulpos puedan unirse a la serotonina. La serotonina es un mitigador clave de los aspectos emocionales del comportamiento humano y la sociabilidad. Que los pulpos, uno de los invertebrados más avanzados, tengan un camino similar orientado hacia el comportamiento social a pesar de que sus cerebros están organizados de manera muy diferente sugiere que la sociabilidad se extiende por todo el reino animal», resalta la publicación.

“Ha habido estudios que muestran que la serotonina es importante para el comportamiento social tanto de los invertebrados como de los vertebrados, y esto realmente me confirma que es cierto que la serotonina se conserva a lo largo de cientos de millones de años de evolución”, expresó Dölen.

“Lo que esto me dice es que en el cerebro de un pulpo deben existir los circuitos neuronales y los transmisores que se requieren para el comportamiento social, y simplemente están suprimidos la mayor parte del tiempo”. «Los pulpos parecen suspender su asocialidad durante importantes períodos de apareamiento a través de un mecanismo de supresión en su cerebro», concluyó el experto, en su artículo.

98860cookie-checkCon 33.000 genes y un montón de huesos se cree que los pulpos son los primeros seres inteligentes de la Tierra

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