Se argumenta que este nivel de visión apoya la idea de que T-Rex era puramente un cazador y no un depredador.

Seguamente recuerdas una de las representaciones del Tiranosaurio Rex en una de las películas emblemáticas de la serie Jurassic Park, de que éste solo podía ver objetos en movimiento, pero ese es solo un concepto falso, ya que, de hecho, la vista de T-Rex era una de las mejores entre los animales en general.

Un rango binocular más grande significa una mejor percepción de la profundidad y una mejor capacidad para ver objetos, incluso los estacionarios. El dinosaurio tenía una visión 13 veces más nítida que la de un humano.

Por ejemplo, La vista del águila es 3,6 veces mejor que la de un ser humano. T-Rex podía distinguir objetos a una distancia de hasta 6 kilómetros, mientras que nosotros podemos distinguirlos a tan solo 1,6 kilómetros de largo.

Se argumenta que este nivel de visión apoya la idea de que T-Rex era puramente un cazador y no un depredador. A medida que T-Rex evolucionó, sus ojos se hicieron más grandes, su hocico se hizo más pequeño y sus mejillas se hundieron. La visión se hizo cada vez mejor.

Los científicos del instituto de Investigación de Dinosaurios de la Universidad de la Prefectura de Fukui, en Japón, observaron más de cerca las fauces del T-Rex, y resultó que no era simplemente una enorme bestia carnívora con un gran mordisco; también poseía sensores nerviosos en los mismos puntos de su mandíbula, lo que le permitía localizar y consumir a su presa con mayor eficacia, sostienen.

Los investigadores estudiaron una mandíbula fosilizada de un Tiranosaurio rex encuentrada en la actual Montana. Usando tomografías computarizadas, visualizaron la estructura interna de la mandíbula. Luego lo compararon con el interior de las mandíbulas de cocodrilos, pájaros y otros dinosaurios como Triceratops para comprender mejor la estructura de la imagen.

El primer autor del artículo, el doctor en ciencias Soichiro Kawabe, afirmó que los hallazgos del equipo revelaron que los nervios de la mandíbula (región de la mandíbula) del T-Rex están más dispersos que los de cualquier otro dinosaurio examinado hasta ahora. Son algo equivalentes a los de los cocodrilos modernos y las aves de alimentación táctil, que tienen sentidos muy agudos.

Esto sugiere que T-Rex era sensible a cambios menores en la sustancia y el movimiento, lo que implica que podía distinguir varias porciones de su presa y consumirlas de manera diferente según el escenario. La sensibilidad del hocico del tiranosaurio puede no haber sido tan alta como la de los cocodrilos porque, a diferencia de los cocodrilos actuales, el hocico del tiranosaurio carecía del tejido neural denso que llena el canal neurovascular, señala el experto.

Para Kawabe, estos nuevos hallazgos alteran nuestra percepción del voraz animal, ya que explica, el T-Rex no tenía mandíbulas callosas que pudieran morder a cualquier cosa o persona. En cambio, las mandíbulas del dinosaurio estaban provistas de nervios, lo que le permitía localizar y devorar a su presa con mayor eficacia. Como resultado, T-Rrex era un depredador mucho más peligroso de lo que se imaginaba, enfatizó.

Por otro lado, si bien la película en cuestión era una obra de ficción, muy bien que nos acercó al mundo de los dinosaurios que representaba. En la escena de Jurassic Park donde el Tiranosaurio rex persigue a un Jeep a toda velocidad y que pudo alcanzarlo por medio de sus enormes zancadas fue otra irrealidad de la que se dotó a la bestia, ya que esa capacidad de velocidad en realidad no fue una de la que les caracterizaba.

Según investigaciones previas, la velocidad máxima estimada de sprint de un T-Rex se situa entre 15 y 25 millas por hora, suficiente para ayudarle a atrapar presas más lentas. Sin embargo, una nueva investigación ha estimado que la velocidad al caminar del T-Rex es tan baja como 2.9 mph.

El estudio, que se publicó en Royal Society Open Science, destaca que la velocidad al caminar del Tiranosaurio rex se puede calcular simulando con precisión el movimiento de su enorme cola. La cola del animal constituía una gran parte de su masa corporal y estaba llena de músculos que lo ayudaban a mantener el equilibrio sobre dos patas, explican los expertos.

Al hacer algunas suposiciones razonables sobre la composición y la musculatura de la cola del Tiranosaurio rex, los investigadores pudieron simular su frecuencia de balanceo y, como resultado, sacar algunas conclusiones bastante sólidas sobre qué tan rápido caminaba la criatura cuando no estaba de prisa en su lugar.

Por medio de simulaciones por computadora para mostrar su trabajo, los investigadores brindan una mirada a cómo probablemente caminó el T-Rex en su hábita normal.

La representación lo indica como un paso increíblemente lento e informal, algo que seguramente contradiuce nuestra idea de como podría moverse esta especie de carnívoro mortal, pero, al tomar en cuenta su tamaño del animal, puede llegarse a la conclusión de que el T-Rex quisiera conservar la mayor cantidad de energía posible cuando no necesita ser rápido.

De hecho, 2,9 millas por hora es en realidad más lento de lo que caminan la mayoría de los humanos adultos. Sin embargo, los especialistas ponen de relieve en su trabajo que toda esta idea se basa en suposiciones sobre el animal que no tenemos forma de probar que sean ciertas. Por ejemplo, los músculos y otros tejidos blandos no se convierten en fósiles como los huesos.

Descubren depredador prehistórico en forma de perro y oso que vivió en Francia hace 12 millones de años.

En un estudio publicado en la revista PeerJ y realizado por un grupo de científicos, se aseguró haber encontrado una mandíbula inferior fosilizada de una criatura gigante que habitaba la Tierra prehistórica y que ha sido denominado como. Tartarocyon cazanavei.

Según los especialistas, la mandíbula tenía un premolar inferior único, lo que sugiere que este animal pertenecía a un género de especies de depredadores nunca antes visto.

Expertos señalan que el Tartarocyon cazanavei vivió en lo que ahora es conocida como Francia, hace unos 12.8 y 12 millones de años. Al animal también se le conoce como el perro-oso, del cuál, la parte del cuerpo fosilizado se recuperó de los depósitos marinos de Sallepisse en el departamento de Pirineos Atlánticos, en Francia.

Los paleontólogos creen que el hueso de la mandíbula inferior es el de una nueva especie de oso-perro o anficiónido, cita la revista especializada Discover. El equipo de investigadores también afirmó que el animal pesaba aproximadamente 200 kg.

Los cuartos premolares juegan un papel especial en la identificación de especies y géneros de anficiónidos, por lo que los investigadores decidieron que habían descubierto un nuevo género. Los científicos dudaron durante mucho tiempo si atribuirlos a caninos u osos, pero al final crearon una nueva familia.

El paleontólogo Bastien Mennecart, del Museo de Historia Natural de Basilea, y otros coautores del estudio, nombraron a la especie en honor a Tartaro, un poderoso gigante tuerto de la mitología vasca. La leyenda del Tártaro también se conoce en Bearn, la región donde se encontró la mandíbula inferior de la criatura.

Muchos tipos diferentes de especies de anficiónidos existieron en Europa durante el período Mioceno temprano, pero se extinguieron hace unos 7,5 millones de años.

Numerosos estudios anteriores han demostrado que los anficionidos muestran dietas típicas mesocarnívoras, omnívoras, trituradoras de huesos e hipercarnívoras.

El género amphicyon fue nombrado en 1836 por Edouard Lartet. Originalmente significaba «perro ambiguo», pero en años posteriores, el apodo se cambió a «perro oso». Se han encontrado fósiles de esta especie en Nebraska en América del Norte y en Francia y España en Europa.

Los perros oso son una familia extinta de carnívoros terrestres. Aparecieron por primera vez en América del Norte durante el Eoceno Medio hace unos 45 millones de años. El peso de los miembros de la familia oscilaba entre 5 y 773 kg.

Durante los siguientes 22 millones de años, se extendieron y se convirtieron en una parte importante de la fauna en Europa, Asia y África, pero en su mayoría desaparecieron al final del Mioceno, hace 8 millones de años. Estuvieron entre los primeros carnívoros en tener un gran tamaño corporal.

Se cree que entraron en competencia con otros tipos de animales parecidos a perros que desarrollaron un tamaño corporal similar, adaptaciones craneales y dentales, lo que llevó a su extinción.

Anteriormente, en Egipto, los científicos encontraron un dinosaurio inusual. Vivió en nuestro planeta hace 98 millones de años, tiene patas delanteras increíblemente pequeñas y su hocico se parecía a un bulldog. Al mismo tiempo, los científicos descubrieron que los roedores prehistóricos alcanzaban el tamaño de un pony.

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