Según los expertos, si el cuerpo celeste se divide entre todos, cada habitante del planeta se convierte instantáneamente en multimillonario.
Un asteroide hecho de oro es bastante real, al igual que el hecho de que se esté acercando a la Tierra. El cuerpo celeste «precioso» ya recibió su nombre: «Psyche-16». Aunque todavía está muy lejos, sin embargo, parece que al mirarlo, muchas personas ya se les hace agua la boca. Este auténtico tesoro, además del oro, también incluye platino y níquel.
En la Tierra pronto habrá una escasez real de estos metales que la electrónica moderna necesita en grandes cantidades. Entonces, quien tome posesión de estas riquezas estará a cargo de este proceso. La agencia espacial estadounidense del espacio NASA, que descubrió este asteroide, ya había calculado en 2019 que el Psyche-16 se acercaría en 3 años lo más posible a la Tierra.
Es por ello que los estadounidenses están preparando una misión espacial especial a un asteroide que se instala entre Marte y Júpiter y se considera súper caro. No es difícil suponer que no tendrá, en primer lugar, ningún objetivo científico o militar. Si el asteroide fuera llevado a la Tierra, podría destruir la economía mundial, que actualmente tiene un valor de $ 75,5 billones, señalan especialistas.
Paralelamente, la agencia estatal rusa del espacio Roscosmos también habló sobre planes para extraer platino en asteroides. Entonces, es posible que los rusos también puedan entrar en la carrera espacial por este Psyche-16. Los chinos aún no han indicado su posición.
De momento, la NASA anunció la tarea máxima. Esta es la entrega de un asteroide dorado a la Tierra en su totalidad. Quizás, en la primera etapa, será transportado a la órbita de la Luna, donde será posible lidiar con bastante calma con su «corte». Estados Unidos habló previamente sobre la posibilidad de darle a la Luna su propio satélite, sin mencionar «Psyche-16». Sin embargo, el transporte de un cuerpo cósmico a una distancia tan grande todavía parece estar fuera del ámbito de la fantasía.
Para el minero veterano Scott Moore, director ejecutivo de EuroSun Mining: «Los ‘Titanes del oro’ ahora controlan cientos de las mejores propiedades productoras en todo el mundo, pero los 4-5 millones de onzas de oro que traen al mercado cada año palidecen. en comparación con las conquistas disponibles en el espacio”, comentó a medios locales.
Según indicó el profesor John Zarnecki, presidente de la Royal Astronomical Society, en torno a si realmente extraer este oro espacial, consideró que ello tomaría alrededor de 25 años obtener una «prueba de concepto» y 50 años para comenzar la producción comercial de esos materiales preciosos en el espacio.
«Por supuesto, todo depende de dos cosas clave: la viabilidad económica y nuestro avance en la tecnología espacial. Y entonces, tampoco estamos solos. Hay otras potencias mundiales a las que también les gustaría tener en sus manos ese asteroide. China planea definitivamente dominar esta carrera», sostuvo el experto.
Actualmente, ya existe un mercado global para la minería de asteroides, y Allied Market Research estima que superará los $ 3.8 mil millones para 2025. Están contando las misiones espaciales en curso y futuras, el aumento de la entrada de inversiones en tecnologías de minería espacial y el uso creciente de materiales impresos obtenidos de asteroides en la tecnología de impresión 3D.
Según Allied, si bien el segmento de diseño de naves espaciales de este mercado representó cuatro quintas partes de los ingresos totales en 2017 y se espera que continúe dominando hasta 2025, el gran cambio aquí estará en el segmento de minería espacial, o el «segmento de operación».
«Se espera que ese segmento crezca a una CAGR de más del 29% para 2025 «debido a un aumento en la inversión de partes interesadas públicas y privadas en tecnologías de minería espacial para la explotación de recursos», destaca la fuente.
Descubren la primera proteína extraterrestre proveniente del espacio en un meteorito.
Según una publicación de Science Alert, utilizando espectrometría de masas, los científicos estudiaron la composición química del meteorito Acfer 08c caído en Argelia, hace más de 30 años, e identificaron el aminoácido glicina, que está asociado a elementos como el hierro y el litio. Así consta en la publicación de un grupo de científicos, liderados por el físico Malcolm McGeoh, registrada en el archivo de publicaciones electrónicas de artículos científicos arXiv.
Los resultados de la simulación mostraron que la glicina no era una molécula aislada, sino que formaba parte de una proteína llamada hemolitina. Aunque estructuralmente similar a las proteínas terrestres, contiene deuterio (un isótopo de hidrógeno). La proporción de deuterio e hidrógeno ordinario es típica de los cometas de período largo.
La proteína potencial podría haberse formado en el disco protoplanetario que rodea al Sol hace 4600 millones de años. Al mismo tiempo, los científicos creen que existe la posibilidad de una naturaleza no proteica de la hemolitina. En cualquier caso, pertenece a los polímeros, una amplia clase de moléculas. Estudios posteriores tendrán que confirmar las conclusiones de los expertos.
Como explica la astrónoma y química Chenoa Tremblay, del australiano Centro de Astronomía y Ciencias Espaciales (CSIRO), pruebas recientes en la Estación Espacial Internacional han demostrado que «las células proteicas pueden dividirse más fácilmente en el espacio debido a la reducción de la gravedad».
Al mismo tiempo, los científicos astronautas lograron reproducir compuestos de proteínas que son lo suficientemente estables como para enviarlos a la Tierra.
“Por lo tanto, estamos seguros de que las proteínas pueden existir en el espacio”. «Refiriéndonos a su origen extraterrestre, es posible que podamos probar que estructuras orgánicas similares se formaron en el sistema protosolar hace más de 4.600 millones de años», dice Tremblay.
En particular, un equipo de científicos necesita tomar espectros y ejecutar simulaciones para reproducir estructuras con los mismos espectros. Esto ayudará a determinar si el hallazgo es una proteína o un polímero. Los mismos métodos se pueden aplicar en el análisis de otros meteoritos, donde se encuentran estructuras similares.
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