En la ceremonia también participaron aliados y partidarios del Partido Comunista en torno al Frente Popular Patriótico.
Al grito de: ¡Debemos unirnos para lograr nuevas victorias!, el presidente del Comité Central del Partido Comunista de Rusia, Guennady Zyuganov, lideró a centenares de comunistas, aliados y partidarios este 23 de febrero, en un aniversario más de la creación del Ejército Rojo en 1922 en la URSS, hacia la Tumba del Soldado Desconocido Soviético, a pesar de las restricciones contra el coronavirus y el clima fuertemente helado en Moscú.
La columna de comunistas debajo de las banderas rojas se dirigió al muro del Kremlin donde está ubicado el monumento con la llama eterna, y a cuyo lugar unas horas antes había sistido el propio presidente ruso, Vladimir Putin, para ofrendar el habitual homenaje oficial.
El 23 de febrero apareció en 1922 como el aniversario de la creación del Ejército Rojo y hasta 1993 se llamó el Día del Ejército y la Armada Soviéticos.
Al finalizar la ceremonia, Zyuganov emitió unas palabras a los periodistas presentes en el acto, publicadas en el sitio web del Partido, y que reproducimos integramente.
¡Te felicitamos por el cumpleaños del invencible y legendario Ejército Rojo, en el Día del defensor de nuestro gran poder milenario! El Partido Comunista y todas las fuerzas patrióticas populares creen que esta es una de las principales fiestas del país, porque si no fuera por esta fiesta, o por el Día de la Victoria, no hubiéramos celebrado todas las demás.
Quiero recordarte una historia. Me parece que hoy será muy apropiado. Cuando nuestro ejército bajo el liderazgo de Kutuzov derrotó a Napoleón, se decidió realizar grandes desfiles militares en el Campo de Marte en San Petersburgo, demostrando nuestro poder, fuerza y voluntad. Estos desfiles se han realizado durante casi noventa años. Pero después de que Nicolás II perdió miserablemente la Guerra Ruso-Japonesa con la pérdida de territorios y con una rara humillación para el país, los desfiles fueron cancelados. Y revivieron solo después de que el imperio colapsado, que Nicolás II arrastró a la Primera Guerra Mundial, se reunió en la forma de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Cuando el gobierno soviético se trasladó a Moscú, aquí comenzaron a celebrarse nuevos desfiles. Y estos desfiles fueron realizados por el Ejército Rojo Obrero y Campesino, demostrando su poder y dignidad.
Nuestro ejército fue creado durante la modernización leninista-estalinista. Y ella no ha perdido una sola guerra. Este ejército fue creado desde cero, pero durante la Guerra Civil, su número alcanzó los cinco millones. Ella dividió la Entente y todos esos parásitos que vinieron con ella para dividir y quitarnos nuestro poder milenario.
El Ejército Rojo recibió de nuestra gente las mejores armas del mundo, tuvo excelente temple, excelente entrenamiento. La escuela soviética y el maestro soviético entrenaron soldados valientes y comandantes fuertes y muy dignos.
Permítanme recordarles que la época de Yeltsin estuvo marcada por la restauración de la Puerta Ibérica. Los yeltsinistas esperaban que no hubiera más desfiles en la Plaza Roja y que dejáramos de celebrar el cumpleaños de nuestro legendario ejército. Sin embargo, la tradición patriótica ha vuelto a triunfar. Celebramos esta fiesta como una de las mejores. Y agradezco a los representantes de todas las fuerzas patrióticas que han venido hoy aquí para inclinarse ante la memoria de nuestros padres y abuelos que defendieron el estado, para glorificar al gran Ejército Rojo y el espíritu invencible del soldado ruso. También es muy agradable observar que hay una nueva generación joven aquí, nuestros miembros de Komsomol.
Nos preparamos para celebrar el 30 aniversario del famoso referéndum celebrado por el país soviético el 17 de marzo de 1991. Luego, más del 76% de los ciudadanos se pronunció a favor de vivir en un solo estado de unión, bajo la protección de su ejército invencible. Pero la camarilla de Yeltsin, junto con los Gaidars y Chubais, toda esta manada, traicionaron tanto los resultados del referéndum popular como los mandamientos de los padres y abuelos victoriosos.
Hoy nuestro país está sufriendo nuevos ataques. La guerra híbrida se enfurece en toda su abominación. Espero que el presidente Putin, que depositó flores aquí hoy, el gobierno y nuestros líderes militares comprendan que para ganar cualquier guerra es necesario, en primer lugar, garantizar la unidad del pueblo. Así que esta festividad, el cumpleaños del invencible Ejército Rojo, es una garantía de que podemos hacer frente a nuevos desafíos. Me gustaría creer que esta festividad servirá para unir a la sociedad por la victoria en la guerra híbrida.
Anteayer, el director de la OTAN, Stoltenberg, declaró sin rodeos que estaban reescribiendo su concepto. Ahora Rusia no es vista para ellos como un socio, sino como un duro adversario. Por lo tanto, necesitamos tanto la educación adecuada de la generación más joven en la escuela como un entrenamiento de alta calidad de soldados y oficiales. Y todo esto presupone un rumbo económico y financiero diferente, la reactivación del poderío industrial y científico de nuestro país.
Perdimos la Guerra Fría y, como resultado, perdimos un solo y poderoso estado soviético. Por tanto, hoy no tenemos derecho a perder la guerra híbrida. Y esto requiere un curso completamente diferente, una política diferente, recursos diferentes, una formación diferente para nuestros escolares, estudiantes y cadetes de universidades militares. Esto requiere un nivel diferente de planificación. Nuestro partido preparó un programa de este tipo, preparó un presupuesto de desarrollo. Y los presentaremos durante la campaña electoral.
Quiero hacer un llamamiento a los que hoy sirven en guarniciones distantes, en submarinos, más allá del Círculo Polar Ártico, a los que sirven en la sensual Siria y estudian en universidades militares: ustedes son los sucesores de las grandes tradiciones de nuestros padres y abuelos victoriosos. Sobrevivimos gracias a siete grandes victorias, comenzando por las victorias de Alexander Nevsky y Mikhail Kutuzov. También quiero rendir homenaje a los grandes comandantes soviéticos: Georgy Zhukov y otros líderes militares, cuyas operaciones se estudian en todas las academias militares del mundo. Y debemos ser los sucesores de sus victorias, incluso en las difíciles condiciones actuales. Y para ello debemos ser fieles a las gloriosas tradiciones de los ejércitos ruso y soviético. Una vez más, ¡felicito a todos por las festividades!
También se colocaron flores en el monumento al mariscal de la Unión Soviética G.K. Zhukov.
