El expresidente francés se convierte en el segundo presidente en la historia de Francia moderna en ser condenado por corrupción.
Este lunes, el expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, fue declarado culpable por cargos de corrupción y tráfico de influencias mientras desempeño su cargo en el Eliseo, en una sentencia de una Corte de Paris que le acarrea un año de prisión de privación de libertad.
Durante su mandato, que duró desde 2007 hasta 2012, Sarkozy, de 66 años de edad, intentó obtener ilegalmente información de un juez superior en 2014 sobre una acción legal en su contra y en la cuál se encontraba involucrado,
Según las pruebas mostradas en el tribunal, los hechos en los que el expresidente francés tuvo participación fueron catalogados como: «particularmente graves», debido a que los mismos fueron cometidos por un expresidente que utilizó su estatus como medio de soborno para conseguirle al juez francés Gilbert Azibert, un puesto en en la ciudad de Mónaco a cambio de la información que había solicitado de manera inapropiada, de la cuál la sentencia estimó Sarkozy estaba «perfectamente informado«.
Las autoridades fiscales francesas basaron sus acusaciones contra el expresidente utilizando una grabación de una conversación telefónica intervenida entre Sarkozy y su abogado Herzog, en la cuál, se asegura que ambos discutieron cómo planeaban ofrecerle a Azibert un puesto en Mónaco.
De igual manera, fueron acusados por esa causa el abogado del expresidente francés, Thierry Herzog, y el exmagistrado Gilbert Azibert, recibiendo ambos la misma condena que Sarkozy.
No obstante, luego del fallo judicial, el exmandatario galo negó todas las acusaciones en su contra y anunció que apelará esa sentencia, que por demás, establece que él no será enviado a prisión en una institución carcelaria, sino que podrá cumplir la condena de 1 año de privación de libertad domiciliaria, bajo supervisión electrónica.
Por otra parte, los procesos judiciales en contra del exmandatario francés continuan, a finales de marzo tendrá lugar otro juicio junto con otros 13 acusados, en el cuál deberá enfrentar cargos de financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012, ya que se sospecha que su partido de derecha, Unión por Movimiento Popular (UMP), empleó al menos unos 42,8 millones de euros, el doble del máximo autorizado por la ley electoral francesa, para financiar las campañas electorales de las organizaciones políticas.
Las investigaciones en 2014 destacan la sospechaba de que Sarkozy había recibido donaciones ilegales para su campaña electoral de la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt, basándose en afirmaciones de su excontador. En ese momento, el ex-presidente finalmente fue eliminado de la lista de personas acusadas del caso.
Sin embargo, después de que el líder libio Muammar Gaddafi, fuera asesinado por militantes rebeldes con la ayuda de estados occidentales, incluida Francia, afirmara que donó unos 50 millones de euros a la campaña electoral de Sarkozi en 2007, a cambio de favores políticos y económicos, la Fiscalía francesa hayó razones suficientes para acusar al exmandatario galo en marzo de 2018 por corrupción, no obstante, todavía no se hay llevado a juicio en este caso.
