En el 106.º aniversario del evento conocido como «masacre de armenios» durante una campaña de «exterminio» perpetrada por las autoridades otomanas entre los años 1915-1923, Turquía señala que esa acción dada por el presidente estadounidense Joe Biden está «basada únicamente en el populismo», remarcando que «rechaza totalmente» tal decisión.
Este sábado, en una declaración de prensa, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el reconocimiento por parte de su país, de lo que se considera como el «genocidio del pueblo armenio», que tuvo lugar a principios del siglo XX, por parte del entonces Imperio otomano.
«Cada año en este día, recordamos las vidas de quienes murieron en el genocidio armenio de la época otomana y renovamos nuestro compromiso para evitar que tal atrocidad vuelva a ocurrir», indica el comunicado ofrecido por la actual administración en la Casa Blanca, resaltando que «a partir del 24 de abril de 1915, con el arresto de los intelectuales armenios y los líderes de la comunidad en Constantinopla por las autoridades otomanas, un millón y medio de armenios fueron deportados, masacrados o enviados a la muerte en una campaña de exterminio», aseveró el texto.
Según el presidente norteamericano, Estados Unidos «honra a las víctimas de ‘Meds Yeghern’ (frase con la que en Armenia se hace referencia al genocidio) para que los horrores de lo que ocurrió nunca sean perdidos en la historia, remarcó el líder estadounidense.
«Y los recordamos para permanecer siempre vigilantes contra la influencia corrosiva del odio en todas sus formas», enfatizó el inquilino de la Casa Blanca, señalando además, que «de los que sobrevivieron, la mayoría se vieron obligados a buscar nuevos hogares y nuevas vidas en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos. Con fuerza y resistencia, el pueblo armenio sobrevivió y reconstruyó su comunidad. A lo largo de las décadas, los inmigrantes armenios han enriquecido a Estados Unidos de innumerables formas, pero nunca han olvidado la trágica historia que trajo a tantos de sus antepasados a nuestras costas», destaca el pronunciamiento.
«Hoy, mientras lloramos lo perdido, volvamos también nuestros ojos hacia el futuro, hacia el mundo que deseamos construir para nuestros hijos. Un mundo no manchado por los males cotidianos del fanatismo y la intolerancia, donde se respetan los derechos humanos y donde todas las personas pueden llevar su vida con dignidad y seguridad. Renovemos nuestra determinación compartida de evitar que se produzcan atrocidades en el futuro en cualquier parte del mundo. Y busquemos la curación y la reconciliación para todas las personas del mundo», concluye el texto de la presidencia de EEUU.
Al darse a conocer esa declaración, desde Armenia, su primer ministro, Nikol Pashinián, destacó por medio de su cuenta en Facebook, que: «El pueblo de Armenia, los armenios de todo el mundo, recibieron con un gran entusiasmo su mensaje con el reconocimiento oficial y la condena del genocidio de armenios, realizado en los años 1915-1923», agregando además, que «la posición de principio estadounidense es un paso poderoso en el camino hacia la verdad y justicia histórica, un apoyo inestimable a los herederos de las víctimas del genocidio de los armenios», argumentó el jefe del Gobierno armenio.
Entre tanto, la noticia no fue bien acogida por la parte turca, en respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía manifestó que su país «rechaza totalmente la decisión de EEUU» de reconocer el ‘genocidio armenio’, destacando que la misma está «basada únicamente en el populismo». «No tenemos nada que aprender de nadie sobre nuestro propio pasado. El oportunismo político es la mayor traición a la paz y la justicia», enfatizó a través de Twiter, el encargado de la Cancillería turca, Mevlut Cavusoglu.
«Esta declaración de Estados Unidos, que distorsiona los hechos históricos, nunca será aceptada en la conciencia del pueblo turco y abrirá una herida profunda que sacude nuestra mutua confianza y amistad», añade el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía.
Sin embargo, en el 106.º aniversario de ese trágico evento, el propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, indicó a los medios que «honra la memoria de los armenios que perecieron en 1915», declarando a su vez, estar «dispuesto a desarrollar lazos con Armenia». Turquía ha llegado a reconocer que en las deportaciones de armenios llevadas a cabo en los territorios del Imperio otomano murieron miles de personas, no obstante, se opone a catalogar esos eventos como un «exterminio organizado».
Así lo manifestó Erdogan a su homólogo azerbaiyano, Ilham Aliyev, con quién mantuvo una conversación telefónica poco tiempo después del comunicado hecho público por la Casa Blanca, un paso que Aliyev calificó de «erróneo e «inaceptable».
«La declaración del presidente estadounidense causó un grave daño a las tendencias de cooperación que se forman en la región, este es un error histórico», resaltó el presidente de Azerbaiyán.
A raíz del anuncio por parte de Biden, un comunicado de la Embajada norteamericana en Ankara destaca que «las misiones diplomáticas de EEUU en Turquía permanecerán cerradas los próximos lunes y el martes como medida de precaución. Es posible que se produzcan manifestaciones o protestas después de la declaración de la Casa Blanca del 24 de abril que recuerda las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana», señala el texto.
Po otra parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía informó a la prensa, haber convocado al embajador estadounidense en su país. David Satterfield, para trasmitirle el «fuerte rechazo» turco a esa declaración de reconocimiento del ‘genocidio armenio».
«Esta declaración de EEUU, que distorsiona los hechos históricos, nunca será aceptada en la conciencia del pueblo turco y abrirá una herida profunda que socava nuestra confianza y amistad mutuas», indicó la Cancillería turca, remarcando además, que la misma «ha causado una herida en las relaciones que será difícil de reparar».
