El actual presidente Sebastián Piñera, reconoció la derrota electoral de su grupo político conservador durante los comicios ecelebrados el pasado fin de semana en el país latinoamericano, indicando que «la ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al gobierno y a todas las fuerza políticas tradicionales».
El sábado y el domingo pasados, tuvo lugar en Chile la elección de los 155 delegados a la Convención Constituyente que se llevará a cabo en el país latinoamericano, como fruto de las multitudinarias protestas que en 2019 estremecieron al régimen neoliberal representado por el actual gobierno conservador del derechista Sebastián piñera.
Según los resultados del escrutinio, para el cuál más de 22.000 candidatos se disputaron 2.678 cargos públicos, entre los que se encuentran 345 alcaldes, 2.252 concejales y 16 gobernadores regionales, éste culminó con una derrota colosal del oficialismo, el desplazamiento de los partidos tradicionales y el surgimiento de una nueva generación política progresista, que ahora tendrá un papel protagónico en la redacción de la rnueva Constitución de la República de Chile.
Actualmente, la sociedad chilena se sigue rigiendo por la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1974-1990), sin embargo, los números obtenidos en estas elecciones han favorecido las alianzas de los partidos de izquierda, representadas en las candidaturas de grupos como ‘Apruebo Dignidad’ (integrado por el Partido Comunista de Chile, Comú, Convención, entre otros) y ‘Lista del Apruebo’ (representado por organizaciones como el Partido Socialista o el Partido Demócreata Cristiano), los cuáles se consiguieron 27 y 25 puestos respectivamente.
Los candidatos independientes también resultaron airosos en estos comicios, destacandose los feministas, ambientalistas y defensores de derechos humanos, movimientos carentes de trayectoria partidaria o experiencia en cargos de elección popular, sin embargo, obtuvieron una mayoría de 48 delegados a la Conveción Constituyente chilena.
Los representantes de los pueblos indígenas de Chile: mapuche, aimara, rapa nui, quechua, atacameño, diaguita, colla, chango, yagán y káwesq), consiguieron estar presentes en el proceso constituyente al alcanzar la cifra de 17 asientos.
Por su parte, la coalición de la derecha, representante del actual Gobierno, ‘Vamos por Chile‘, se quedó corta en su previsión en estas elecciones, al obtener solamente 38 escaños, quedando por debajo de los 52 que se esperaba para tener derecho de veto en los postulados de la futura Carta Magna.
«La ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al gobierno y a todas las fuerza políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y los anhelos de los ciudadanos y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y por nuevos liderazgos, es nuestro deber como gobierno escuchar con humildad y con atención el mensaje de la gente», reaccionó el presidente Piñera sobre los resultados de los comicios, instando a los partidos tradicionales a renovar la clase política.
La sesión inaugural de los trabajos de la Convención Constituyente chilena, se espera se produzca en la segunda quincena de junio próximo, dando inicio a los trabajos para redactar la nueva Constitución de los 155 delegados convencionales durante todo un año en el Palacio Pereira, ubicado en Santiago, la capital del país.
Según lo previsto, a cada uno de los constituyentes se les otorgará un salario mensual que ronda los 2,5 millones de pesos chilenos (3.500 dólares). Al término del proyecto constitucional, este será sometido a plebiscito popular luego de las elecciones presidenciales del 21 de noviembre de 2022.
