Aunque, en el contexto de la pandemia del coronavirus y en vísperas de las elecciones a la Duma Estatal rusa, lo cierto es que el Kremlin no tiene tiempo para operaciones militares, sin embargo, cuanto más impredecible es la situación en Afganistán mayor se habre la posibilidad de que Rusia sea un actor importante en la solución del conflicto.
Según han expresado varios los políticos rusos, el hecho de que Estados Unidos se haya retirado militarmente de Afganistán y ese país centroasiático esté ahora casi por completo en manos de los talibanes, indica que el país norteño ha perdido su papel de garante del orden en el mundo, se ha debilitado y está pasando del fracaso al fracaso, y con él otras democracias occidentales, como Alemania o Gran Bretaña.
Ante el empeoramiento de la situación en Afganistán, y el fortalecimiento de los grupos radicales allí, encabezados por el movimiento extremista talibán, Rusia se ha dispuesto a llevar a cabo ejercicios militares conjuntos con Tayikistán y Uzbekistán, con el objetivo principal de demostrar fuerza, intimidar a los rebeldes islamistas afin de hacerlos entender que su ofensiva más allá de los territorios afganos tiene un límite.
En ese sentido, Rusia se ha propuesto abastecer su base militar en Tayikistán, la mayor que posee en un país extranjero, con nuevos sistemas de combate, así como construir un nuevo puesto en la frontera con Afganistán.
Como parte de su papel preponderante en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, dado el caso de ataque a uno de los miembros de esta alianza transfronteriza, las autoridades en Moscú están obligadas a brindar apoyo militar.
Aunque, en el contexto de la pandemia del coronavirus y en vísperas de las elecciones a la Duma Estatal rusa, lo cierto es que el Kremlin no tiene tiempo para operaciones militares, sin embargo, cuanto más impredecible es la situación en Afganistán mayor se habre la posibilidad de que Rusia sea un actor importante en la solución del conflicto.
Los talibanes son reconocidos en Rusia como parte de una organización terrorista, sin embargo, por un lado, el canciller ruso Serguéi Lavrov se ha reunido con sus representantes, un hecho que según los expertos, está argumentado por el hecho de que este movimiento islamista es extremadamente heterogéneo e incluye una variedad de corrientes. Por otra parte, los talibanes no causan al Kremlin la misma preocupación que otros grupos extremistas que pueden fortalecerse en el contexto de la ofensiva de los talibanes.
En ese contexto, alrededor de 1.500-2.000 combatientes del Estado Islámico siguen activos en el territorio de Afganistán, y Rusia prevé que estos puedan usar ese país como trampolín para avanzar más hacia Asia Central con el objetivo de crear lo denominado como un «califato mundial». Además, los terroristas pueden utilizar los flujos de refugiados de Afganistán para llegar a Rusia o Europa.
