La planta ha sido ubicada en tiempo record, en la base aérea de San Antonio de los Baños, con la asistencia de especialistas rusos y como muestra de la estrecha cooperación entre ambas naciones.
Rusia ha puesto en marcha en Cuba, una planta de producción de oxígeno medicinal, como parte de la ayuda desinteresada y de hermandad que ha caracterizado las relaciones entre estos dos países, y en medio de los esfuerzos comunes para combatir la pandemia global del coronavirus, que principalmente este año ha afectado considerablemente a la Isla caribeña.
Tras una avería ocurrida en la principal planta de producción de oxígeno medicinal cubana, el país euroasiático no dudó en proceder de forma inmediata a la instalación de una nueva planta para este fin, en la base aérea de San Antonio de los Baños con la asistencia de especialistas rusos.
El Ejército cubano se ha dado la tarea de poner en marcha dos plantas de producción de oxígeno, y que ahora se ve complementado con la donación de la planta rusa, con capacidad de producir alrededor de 120 cilindros de oxígeno diariamente.
Técnicamente, cada una de estas unidades posee dos vehículos para el procesamiento del oxígeno, en uno se extrae el aire de la atmósfera y se comprime, en el otro se obtiene el oxígeno líquido, se expulsa el resto de los componentes y se deposita en los termos. Luego, una vez envasados en forma gaseosa, los cilindros de oxígeno destinados a la asistencia médica se transportan inmediatamente a los helicópteros y aviones que los llevan a diferentes puntos hospitalarios del país.
Con anterioridad, Rusia ha tomado otras iniciativas para ayudar a Cuba a enfrentar los efectos negativos de la actual pandemia, y ha enviado al país caribeño varios aviones militares con numerosos recursos médicos y alimentos, una vez que el país también sufre la imposición de medidas económicas coercitivas para su desarrollo por parte de Estados Unidos, en conformidad con la política del bloqueo.
