Al mismo tiempo, el gigante asiático ha advertido a las naciones no ejercer presión sobre los talibanes, sino liderar e influir en el desarrollo económico y social de ese país del centro de Asia.
La República Popular China podría llenar el vacío que se cierne sobre Afganistán, una vez que el movimiento extremista islámico taliban se ha hecho con el control de la mayoría de las regiones de ese país, inlcuyendo la capital, Kabul, trás la retirada de las tropas militares occidentales luego de 20 años de ocupación, y la advertencia del Banco Mundial que ha pronosticado una disminución del 20% en la ayuda internacional a Afganistán.
Con ello, China estaría en condiciones de ejercer influencia en las decisiones adoptadas en Kabul, resaltaron funcionarios chinos al medio de prensa Global Times, señalando que las empresas del país asiático están listas para «brindar apoyo técnico y de inversión genuino» a Afganistán tras la retirada de Estados Unidos.
Las autoridades en Pekín, ha apostado fuertemente por la esperanza de que se pueda influir en los talibanes para que formen un gobierno moderado y estable con la promesa de una integración económica regional, sin embargo, expertos coinciden en señalar que la amenaza de sanciones económicas graves por parte de Occidente probablemente pondría en peligro esos planes.
Según los analistas, Afganistán no es un ámbito totalmente nuevo para los inversores chinos, pero la retirada de Estados Unidos, junto con la veloz victoria de los talibanes, han creado quizás las mejores condiciones para la paz en el país en décadas.
En palabras de Cassie, una trabajadora china en el distrito de China Town de Kabul, donde varios chinos han establecido comercios y fábricas, durante los útimos cinco años se ha «beneficiado mucho» de sus planes comerciales en Afganistán, destacando su creencia en que «la operación funcionará de manera más eficaz una vez que la situación se estabilice», declaró el martes al Global Times.
Referente al ámbito comercial, un funcionario de una empresa estatal china indicó al diario, que las actividades comerciales de China en Afganistán «estarán en línea con la estrategia nacional china», «interesada en la estabilidad primero», remarcó.
Para los analistas, esta postura de China se contrapone a la lógica aplicada por Estados Unidos, por ejemplo, que ha buscado ganancias masivas para sus corporaciones en los países donde ha intervenido, una vez que los pensadores occidentales han asumido que China tendrá el mismo comportamiento a medida que se involucre cada vez más en Afganistán.
No obstante, las estimaciones de los análisis elaborados en Occidente, han coincidido de manera correcta, en puntualizar que China dudará en invertir su dinero en Afganistán, una nación con la cuál comparte una frontera de 44 millas de largo, al menos hasta que los talibanes brinden algunos resultados concretos sobre sus promesas, que incluyen un compromiso para poner fin al apoyo al grupo terrorista Movimiento Islámico del Turquestán Oriental (ETIM).
El ETIM está conectado con al-Qaeda y ha buscado refugio en Afganistán en el pasado, es un grupo separatista de Xinjiang que quiere separar la provincia más occidental de China del país, una causa que ha recibido bendiciones occidentales en los últimos años, como Estados Unidos. se reorienta para competir estratégicamente con China.
Al mismo tiempo, el gigante asiático ha advertido a las naciones no ejercer presión sobre los talibanes, sino liderar e influir en el desarrollo económico y social de ese país del centro de Asia.
«China respeta el derecho del pueblo afgano a decidir su propio destino y futuro y desea seguir manteniendo relaciones amistosas y de cooperación con Afganistán». «Los talibanes indicaron varias veces su esperanza de desarrollar buenas relaciones con China», señaló recientemente a la prensa la portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying.
