El socialdemócrata Olaf Scholz, actual vicecanciller federal y ministro de Finanzas de Alemania se convertirá en el próximo canciller del país.
Luego de un acuerdo de 177 páginas, alcanzado en dos meses de conversaciones por el Partido Socialdemócrata de Alemania , el Partido Demócrata Libre y Los Verdes, la ‘era Merkel’ llegará a su fin con la formación de una nueva coalición centrista que dirigirá los destinos de la primera economía en Europa.
El socialdemócrata Olaf Scholz, actual vicecanciller federal y ministro de Finanzas de Alemania se convertirá en el próximo canciller del país, quién en declaraciones a la prensa, aseguró que su coalición por acelerar la inversión pública en tecnología verde y digitalización mientras regresan a límites estrictos de deuda a partir de 2023.
«Queremos atrevernos a hacer más progresos», dijo Scholz en una conferencia de prensa en Berlín, acompañado por representantes del FDP y los líderes de los Verdes. «Invertiremos masivamente en Alemania para mantenerla a la vanguardia», insistió el político.
La alianza ha sido denominada como: ‘coalición semáforo’, en referencia a los colores respectivos de los tres partidos, los cuáles tienen mayoría en la cámara baja del Parlamento luego de las recientes elecciones legislativas acaecidas en ese país. Se espera que el gobierno preste juramento a principios del próximo de diciembre, una vez que los partidos ratifiquen el pacto de coalición.
El nuevo liderazgo alemán, tiene ante sí grandes desafíos, en medio de una crisis de salud propiciada por el aumento de la Covid-19 en Aalemania y el resto de los países de la Unión Europa, las consecuencias del Brexit y el origen de una crisis migratoria en la frontera de la UE con Bielorrusia.
Con este acuerdo, será la primera vez que en Alemania se instalará una coalición federal entre los socialdemócratas (SPD), los liberales demócratas libertarios (FDP) y los ecologistas Verdes, lo cuál supondrá el fin de los 16 años de gobierno conservador liderado por Angela Merkel.
Analistas estiman, que Merkel deja como herencia política grandes retos en su país. Aunque bajo su liderazgo, ha sabido conducir a Alemania y al resto de Europa por medio de múltiples crisis, sus críticos aseguran que el mérito de su gobierno readica en haber manejado los problemas en lugar de resolverlos.
