Бимиан, 14 октября 2010 года. Жених с невестой проходят по своей улице в фамильный дом, где состоится свадебная церемония.

La vuelta al poder de los talibanes a mediados de agosto de este año, incrementó la falta de oportunidades para las mujeres del país centroasiático, fomentando aún más la precaria situación en la que se encontraban desde la imposición de un anacrónico régimen extremista.

En medio de la grave crisis humanitaria que enfrenta Afganistán, acentuada por la retirada express de las tropas militares de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN luego de 20 años de ocupación, resquebrajó la maltrecha estabilidad política alcanzada bajo un intento de restaurar la democracia en un país donde el fundamentalismo islámico tiene un fuerte arraigo dentro de una población en su mayor parte analfabeta y sin ningún tipo de instrucción que pueda reinsertar esa sociedad dentro del mundo moderno.

La vuelta al poder de los talibanes a mediados de agosto de este año, incrementó la falta de oportunidades para las mujeres del país centroasiático, fomentando aún más la precaria situación en la que se encontraban desde la imposición de un anacrónico régimen extremista. Según ha advertido la Organización de las Naciones Unidas, las mujeres y niñas afganas tienen sobre sí grandes dificultades para acceder a recursos básicos como la comida, la atención médica y recursos económicos y financieros.

Al mismo tiempo, datos de la organización Human Right Watch aseveran, que el régimen terrorista de los talibanes privó a las mujeres del derecho a acceder a empleos mejor remunerados, un aspecto que da un duro golpe a aquellos hogares donde las mujeres son el sostén de la familia.

Un fenómeno preocupante de lo que está sucediendo en suelo afgano, es la reciente tendencia, que no es nueva, ya que los matrimonios infantiles son comunes en Afganistán, de la venta de menores de edad, incluso antes de llegar a la pubertad, destinadas a convertirse en esposas para evitar la hambruna que se les avecina en el marco familiar. Esta es una de las mayores atrocidades cometidas hacia las niñas en todo el mundo.

Un informe de Unicef, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, reportó datos sobre ventas de niñas de tan solo 20 días de edad a cambio de una dote, una hecho atroz, en medio de una realidad donde el 28 % de las mujeres afganas de entre 15 y 49 años se casaron a una edad menor a los 18 años.

Por solo citar un ejemplo, entre 2018 y 2019, en Afganistán fueron reportados la ocurencia de 183 matrimonios infantiles en solo dos de las provincias de ese país. Generalmente, al ser víctimas de maltrato físico y abuso sexual, las niñas son sometidas a consecuencias muy graves para su salud y su desarrollo personal, una vez que, al ser violentados sus derechos mediante los matrimonios forzados, el nuevo marco en el que quedan atrapadas sin ninguna protección de un Estado inexistente, que en manos de los talibanes vetó a las niñas su posibilidad de integrar la educación secundaria, les convierte en presa fácil de la pobreza, la esclavitud y la ignorancia.

Datos de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aseguran que en Afganistán, alrededor de 18,8 millones de personas tienen dificultad para conseguir comida a diario, una cifra que podría aumentar hasta los 23 millones para finales del 2021, y que en parte, también ha sido consecuencia de la actual pandemia global del coronavirus, que ha incentivado los niveles de extrema pobreza en el país, de lo cuál se teme muchas personas puedan padecer de inanición. 

La ONU se muestra preocupada por la posibilidad de que en Afaganistán mueran millones de personas a causa del hambre e insta a la comunidad internacional a dialogar con los talibanes.

En declaraciones recientes, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que mantenga un diálogo con los talibanes en Afganistán afin de que se pueda evitar la muerte de millones de personas producto del colapso económico del país centroasiático.  

«Debemos mantener un diálogo con los talibanes, donde afirmamos nuestros principios directamente, un diálogo con un sentimiento de solidaridad con el pueblo afgano». «Nuestro deber es extender nuestra solidaridad a un pueblo que sufre mucho, donde millones y millones corren el riesgo de morir de hambre», enfatizó Guterres, en una entrevista para AFP en septiembre último.

Según indicó el funcionario, «la ONU desea que en Afganistán se establezca un gobierno inclusivo, donde estén representados todos los componentes de la sociedad afgana. Mientras tanto, el gabinete interino, anunciado este martes por los talibanes, no da esa impresión», se lamentó.

«Si queremos que Afganistán no sea un centro de terrorismo, si queremos que las mujeres y las niñas no pierdan todos los derechos adquiridos durante el período anterior, si queremos que diferentes etnias puedan sentirse representadas», «las discusiones son imprescindibles», remarcó Guterres, agregando que, sin embargo, «no hay garantías sobre lo que pueda surgir de las conversaciones» . «El pueblo afgano es un pueblo que sufre mucho, donde millones y millones corren riesgo de morir de hambre», manifestó el encargado de la ONU.

«Necesitamos respeto por los derechos humanos, las mujeres y las niñas. El terrorismo no debe tener base en Afganistán para lanzar operaciones en otros países y los talibanes deben cooperar en la lucha contra las drogas», declaró el secretario general de la ONU.

77360cookie-checkNiñas de 20 días de nacidas son vendidas en matrimonio en Afganistán

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