La vocera de Exteriores ruso señaló, que cualquier actividad armada contra las fuerzas rusas se detendrá de inmediato y se eliminarán los grupos armados de mercenarios extranjeros.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zajárova, declaró en una rueda de prensa este miércoles, que su país no es responsable de las vidas de los ciudadanos extranjeros que luchan contra las tropas militares rusas en Ucrania.
«Nos gustaría llamar la atención de nuestros colegas (occidentales) una vez más sobre el hecho de que no somos responsables de las vidas de nuestros ciudadanos que han optado por participar en actividades armadas ilegales en Ucrania», dijo Zajárova.
«Cualquier actividad armada contra las fuerzas rusas se detendrá de inmediato y se eliminarán los grupos armados de mercenarios extranjeros», subrayó la diplomática rusa.
Zajárova recordó, que el 27 de febrero pasado la secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, dijo que su país apoyaba el llamado del presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, a los extranjeros a venir a Ucrania para unirse a las unidades de defensa territorial.
«Obviamente, por un lado, justifican la participación de militantes, estas compañías militares privadas británicas, y, por otro lado, buscan usar sus muertes inevitables para avivar la histeria antirrusa y la rusofobia en el Reino Unido», dijo la representante de la diplomacia rusa.
«Les pedimos a esos países y gobiernos, ministros de Relaciones Exteriores y otros funcionarios que están apoyando esta iniciativa de reclutar voluntarios para luchar contra Rusia en Ucrania que no llamen a Moscú más tarde y pidan ayuda para aclarar la situación con sus ciudadanos. Les diremos lo que son. diciendo ahora. Fue su elección. Y tú los ayudaste a hacerlo», remarcó Zajárova.
En ese sentido, la funcionaria manifestó a los medios que «el intento cínico de Truss de capitalizar literalmente la sangre ha repelido incluso a sus compañeros de partido». «Se apresuraron a desautorizarla», destacó la diplomática rusa.
«El gobierno del Reino Unido emite una declaración el 28 de febrero advirtiendo a los ciudadanos británicos que no vayan a Ucrania, diciendo que la participación en operaciones de combate o ayudar a los combatientes en ese país podría calificar como un delito según las leyes antiterroristas británicas y acarrear un castigo penal. Desautorizar las declaraciones de Truss se ha convertido en otra tradición británica», dijo Zajárova.
