Para el politólogo Antonio Attolini, esta línea editorial no es nueva al tratar de introducir en el ámbito político una realidad humana como la enfermedad y la muerte que toca a todos.

La vida de líderes políticos y revolucionarios como Fidel Castro y Hugo Chávez, siempre estuvo vinculada en el sector de la información por parte de los medios occidentales en una desdichada suerte que los sometió, al menos en la prensa, a duras penas personales por el hecho de sufrir enfermedades mortales como el cáncer.

Esa línea editorial sobre figuras de izquierda que no son compatibles con los intereses del capital global, ahora se cierne sobre el cuerpo del presidente ruso, Vladimir Putin, aunque no sea un declarado defensor de políticas revolucionarias, pero sí la representación del poder que desmantela por completo los planes de conservación del dominio global occidental liderado por EEUU.

Según organos de inteligencia y medios de propaganda, Vladimir Putin estaría padeciendo cáncer avanzado, enfermedad del parkinson y patología de columna. En general, el presidente ruso rara vez aparece en público y aún así, a pesar del levantamiento de todas las restricciones por el coronavirus, incluso se comunica con los miembros del gobierno a través de un enlace de video, y no en persona. Mientras tanto, en la prensa occidental aparecen cada vez más artículos sobre los problemas de salud del mandatario.

La inteligencia estadounidense prepara regularmente informes sobre la salud de Vladimir Putin para la administración de Joe Biden. En mayo se presentó el cuarto informe de este tipo.

«Esta es una práctica bastante común en general. La inteligencia estadounidense hace tales informes (y no solo estadounidenses) con bastante regularidad, incluso sobre líderes africanos, donde el destino de los regímenes depende en gran medida de la salud del líder. Hubo tales informes sobre Bielorrusia”, explicó a la prensa, el politólogo y director de investigación del Centro de Decisiones de Gestión Avanzada, Mijaíl Komin.

Tres fuentes de alto rango en la administración de Biden le dijeron al semanario Newsweek que, según la inteligencia, Putin se sometió a tratamiento en abril por cáncer avanzado. Y en marzo, supuestamente se realizó un intento de asesinato contra el presidente ruso.

Sin embargo, el artículo señala que los tres funcionarios, uno de la oficina del director de inteligencia nacional, un oficial superior retirado de la fuerza aérea y uno de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EEUU, advierten que el aislamiento del líder ruso dificulta que la inteligencia de EE. UU. para evaluar con precisión la salud de Putin.

Refiriéndose a conocidos en los círculos médicos, el periodista israelí Mark Kotlyarski escribió el 30 de mayo pasado que Putin tenía cáncer de páncreas y aún estaba siendo preparado para una cirugía en el Centro. Blokhin en Moscú. Los tabloides británicos del mismo día informaron que el presidente ruso ya había muerto. Las publicaciones Star, Mirror y The Sun escribieron que es probable que Putin sea reemplazado por su doble. Al parecer, esto les fue informado por una fuente de la inteligencia británica.

Por su parte, Maria Maksakova, cantante de ópera y ex diputada de la Duma Estatal de Rusia (cámara baja del Pasrlamento), habló en su cuenta de Facebook sobre la supuesta patología agresiva de la columna descubierta en Putin hace diez años. Ella vive en Kiev desde 2016. «Me enteré de la enfermedad de Putin en 2011 por personas que se dedicaban a investigaciones únicas en la industria médica», dijo.

El material más detallado sobre la salud de Putin hasta la fecha fue el material de la publicación Proekt. Los periodistas descubrieron que desde hace varios años el presidente de Rusia ha estado acompañado por un gran equipo de médicos. Entre ellos se encuentra un cirujano especialista en cáncer de tiroides.

En resumen, resulta que Vladimir Putin puede sufrir cáncer de páncreas y de tiroides, así como la enfermedad de Parkinson. Además, patología agresiva de la columna vertebral. Sus síntomas son buscados y encontrados por los medios ucranianos, británicos y estadounidenses.

Para el politólogo Antonio Attolini, esta línea editorial no es nueva al tratar de introducir en el ámbito político una realidad humana como la enfermedad y la muerte que toca a todos.

«Esa es la renuncia a la política, no se le ha podido confrontar a quienes tienen una visión distinta de ordenar el mundo a partir de prioridades que no responden al esquema de la política liberal, occidental, capitalista tradicional, entonces ante la renuncia de poder hacer una batalla política, asumen entonces que el único campo es el biologicista, el médico y el individual particular», señaló el experto, en conversación con Sputnik.

Esa herramienta de la guerra en la comunicación, explica, no es nueva, ya que el mismo proceso persiguió los estados de enfermedad de Fidel Castro y Hugo Chávez.

«Decir que Fidel Castro está enfermo y que se va a morir es una condena de la que nadie puede escapar porque ni Fidel ni nosotros ni nadie escogió eso, pero entonces esa irrenunciabilidad que tenemos de que todos nos vamos a morir es la forma en que se está tratando de apagar el fuego, la autoridad, la llama incandescente de su gran liderazgo a partir de lo que no es político, la enfermedad», argumentó Attolini.

142140cookie-checkMedios occidentales tratan de fomentar la idea de que Putin enfrenta una enfermedad terminal

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