El anuncio fue hecho este miércoles por el presidente de EEUU, Joe Biden, quien dijo que se brindará el entrenamiento necesario a las tropas ucranianas para operarlos de manera efectiva.
Las fuerzas armadas rusas destruirán los tanques M1 Abrams de fabricación estadounidense y otros equipos militares de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) si se suministran a Ucrania, dijo el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov.
“A lo largo de la crisis de Ucrania, la administración usó repetidamente la técnica de publicar información en los medios de comunicación en vísperas de entregas significativas de armas y equipo al régimen de Kiev», dijo Antonov.
«Un análisis de toda la secuencia de acciones de Washington muestra que los estadounidenses están elevando constantemente la ‘barra’ de asistencia militar a su gobierno títere. Esto es especialmente claro cuando las Fuerzas Armadas rusas obtienen nuevas victorias y liberan con confianza el territorio de Rusia de la amenaza nazi», agregó el embajador, cuando se le pidió que comentara sobre la entrega prevista.
«Si se toma la decisión de transferir a Kiev M1 Abrams, los tanques estadounidenses sin duda serán destruidos como todas las demás muestras de equipo militar de la OTAN». «Obviamente, Washington está tratando deliberadamente de infligirnos una derrota estratégica», continuó el diplomático ruso.
En sus palabras, la administración de Washington está dando «luz verde» para utilizar la ayuda estadounidense para atacar Crimea y «cubre los crímenes cometidos por radicales contra la población de las regiones de Donbass, Zaporozhye y Kherson».
«Un número creciente de funcionarios y expertos en Estados Unidos admiten: se trata de una ‘guerra de poder’ de Estados Unidos con nuestro país», dijo Antonov. Calificó la posible entrega de tanques al gobierno de Kiev como «otra provocación flagrante» contra Rusia.
«Si Estados Unidos decide suministrar tanques, será imposible justificar tal paso con argumentos sobre ‘armas defensivas’. Esta sería otra provocación descarada contra la Federación Rusa. Nadie debe hacerse ilusiones sobre quién es el verdadero agresor en el actual conflicto», enfatizó Antonov.
The Wall Street Journal informó el martes, citando a funcionarios estadounidenses, que la Administración estadounidense se inclina a enviar una cantidad significativa de tanques M1 Abrams a Ucrania, y agregó que el anuncio de estos envíos ya podría hacerse esta semana.
Según el WSJ, este paso se convertiría en parte del acuerdo con Alemania, que incluye el envío de una pequeña cantidad de tanques Leopard 2 a Kiev por parte de Berlín, así como la aprobación de Alemania del envío de estos tanques de fabricación alemana por parte de Polonia y otros países.
Más tarde ese mismo día, el periódico Politico informó citando fuentes de la administración estadounidense que Estados Unidos podría enviar al menos 30 tanques M1 Abrams a Ucrania como ayuda militar.
Dos fuentes le dijeron al periódico que es posible que se haga un anuncio sobre el tema más adelante esta semana. El informe dice que el equipo se comprará a contratistas en lugar de extraerse de las existencias estadounidenses existentes.
El anuncio fue hecho este miércoles por el presidente de EEUU, Joe Biden, quien dijo que se brindará el entrenamiento necesario a las tropas ucranianas para operarlos de manera efectiva.
Washington está consciente de que la derrota de Kiev está cerca.
Estados Unidos se da cuenta de que el gobierno de Kiev está a punto de ser derrotado, y los suministros de tanques a Ucrania tienen como único objetivo «prolongar el sufrimiento», dijo el coronel (retirado) Douglas Macgregor, ex asesor del secretario de Defensa en la administración de Donald Trump.
“Creo que están sintiendo que esta es una causa perdida. Ucrania definitivamente va a perder, y ellos (la administración de EEUU) están tratando de descubrir cómo prolongamos el sufrimiento”, declaró Macgregor al podcast Judging Freedom. Agregó que el estado de ánimo en Washington «claramente ha cambiado».
Según Macgregor, Estados Unidos está empujando a Europa, incluida Alemania, a cometer actos que pueden considerarse legalmente en cualquier parte del mundo como «actos de guerra contra Rusia». «Creo que los alemanes ahora están interesados en frenarlo», sostuvo.
