El Consejo Nacional de Inteligencia y otras cuatro agencias evalúan que la infección humana inicial con SARS-CoV-2 probablemente fue causada por la exposición natural a un animal infectado.
La inteligencia de EEUU no tiene información que demuestre que algún incidente en el Instituto de Virología de Wuhan haya provocado la pandemia de coronavirus, dice el informe de inteligencia, entregado el viernes al Congreso de EEUU.
«Seguimos sin tener indicios de que las existencias de investigación previas a la pandemia de WIV incluyeran SARSCoV-2 o un progenitor cercano, ni ninguna evidencia directa de que ocurrió un incidente específico relacionado con la investigación que involucró al personal de WIV antes de la pandemia que podría haber causado la pandemia de COVID», dice el documento.
Su versión redactada sin clasificar fue publicada por la Oficina de la Dirección de Inteligencia Nacional de EE.UU. “Todas las agencias [de la comunidad de inteligencia] evalúan que el SARS-CoV-2 no se desarrolló como un arma biológica”, se lee en el informe.
«El Consejo Nacional de Inteligencia y otras cuatro agencias de IC evalúan que la infección humana inicial con SARS-CoV-2 probablemente fue causada por la exposición natural a un animal infectado que portaba SARS-CoV-2 o un progenitor cercano, un virus que probablemente ser más del 99% similar al SARSCoV-2″, dice el documento.
“El Departamento de Energía y la Oficina Federal de Investigaciones evalúan que un incidente asociado a un laboratorio fue la causa más probable de la primera infección humana con SARS-CoV-2, aunque por diferentes razones”, señalan los autores del texto.
«La Agencia Central de Inteligencia y otra agencia siguen sin poder determinar el origen preciso de la pandemia de COVID-19, ya que ambas hipótesis se basan en suposiciones significativas o enfrentan desafíos con informes contradictorios. Casi todas las agencias de IC evalúan que el SARS-CoV-2 no fue genéticamente diseñado«, se indica.
El documento fue presentado en relación con el proyecto de ley del Congreso, firmado por el presidente estadounidense, Joe Biden, que obligaba al Poder Ejecutivo a desclasificar la información disponible sobre el origen del coronavirus.
