Mientras tanto, la administración del presidente estadounidense Joe Biden ha impuesto sanciones a los colonos israelíes en Cisjordania.
Durante décadas, Washington ha cooperado con el Estado judío en el ámbito de la defensa, apoyando al país a nivel político independientemente de quién ostentara el poder en Tel Aviv. Después del ataque del 7 de octubre por parte del grupo radical palestino Hamás contra las comunidades fronterizas israelíes, la Casa Blanca se puso del lado inequívoco de Israel.
Sin embargo, una guerra prolongada en la Franja de Gaza y el riesgo de que el conflicto se extienda aún más parecen estar incitando a Estados Unidos a alterar un poco su postura tradicional de apoyo incondicional a Israel.
Si bien Israel no está considerando el desmantelamiento de los asentamientos en Cisjordania, la administración del presidente estadounidense Joe Biden ha impuesto sanciones a los colonos israelíes en el terriotorio controlado por la Autoridad Nacional Palestina.
Las nuevas sanciones de Washington apuntan en este momento a cuatro personas, a quienes se les ha privado del acceso a bienes raíces, activos y al sistema financiero de Estados Unidos. Además, los funcionarios estadounidenses han comenzado a hablar activamente sobre el reconocimiento formal de Palestina.
En un artículo de opinión publicado en el Washington Post en noviembre, Biden escribió que el pueblo palestino merecía su propio Estado. Aun así, Israel todavía no está preparado para abordar la cuestión. «Volveremos a discutir el futuro Estado palestino sólo después de una victoria completa sobre Hamás en Gaza», señaló Gendelman.
La situación apunta a crecientes tensiones entre los gobiernos israelí y estadounidense. La política de Netanyahu no ha traído a Estados Unidos más que pérdidas en los últimos meses, señaló al periódico Izvestia Grigori Lukyanov, investigador del Centro de Estudios Árabes e Islámicos del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias.
En su opinión, EEUU está sufriendo pérdidas financieras y de reputación, incluidos suministros de municiones a gran escala y la necesidad de garantizar la seguridad de sus tropas e instalaciones militares en la región en medio de una creciente escalada con grupos pro-iraníes, como los hutíes.
Los rebeldes yemeníes están llevando a cabo ataques en la región del Mar Rojo, mientras que otros representantes iraníes continúan atacando bases estadounidenses en Siria, Irak y Jordania.
«La Casa Blanca es muy consciente de que el actual gobierno israelí es el principal obstáculo para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza», afirmó Lukyanov.
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