En entrevista para Prensa Libre, Zyuganov indicó que el reconociudo opositor ruso es utilizado por Rusia Unida como recurso en contra del socialismo.
Gennady Zyuganov, presidente del Comité Central del Partido Comunista de Rusia, ofreció una entrevista al periodista Andrey Polunin, del medio ruso «Pensa Libre», en la cuál ofreció la postura de la organización política que dirige con relación a la figura del opositor ruso, Alexéi Navalny, y como éste es usado por la oficialista Rusia Unida como recurso para evitar dar un giro «a la izquierda».
El 2 de febrero pasado, se celebró en el Tribunal de la ciudad rusa de Moscú una sesión de vista del Tribunal de Distrito de Simonovsky sobre el caso de Alexei Navalny, mediante la cuá, el tribunal canceló la sentencia suspendida del opositor con relación en el caso de corrupción referente a «Yves Rocher», haciendo efectiva su condenó a 2 años y 8 meses de privación de libertad en una cárcel de régimen general.
Como consecuencia, ese mismo día, cientos de sus seguidores salieron a las calles de la capital a protestar en reclamo de la liberación de su líder, y unas 300 personas fueron detenidas por la policía cerca del tribunal, informaron activistas de derechos humanos.
A continuación, ofrecemos la entrevista completa realizada al líder comunista ruso, publicada en la página web del PCFR, donde valora estos acontecimientos, estableciendo un pocisionamiento claro del Partido ante la figura de Navalny y del partido gobernante, Rusia Unida.
¿Qué hay realmente detrás del «caso Navalny»
El 2 de febrero es una fecha importante: este es el Día de la derrota de las tropas nazis por las tropas soviéticas en la Batalla de Stalingrado en 1943. En ese momento, más de 91 mil personas fueron tomadas prisioneras de las tropas seleccionadas de la Wehrmacht, lideradas por el mariscal de campo Paulus. Cerca de 140 mil nazis más fueron asesinados. Ningún ejército había conocido jamás una derrota así. El Ejército Rojo, dirigido por Stalin y Zhukov, mostró lo que son la verdadera habilidad militar, la resistencia y el coraje.
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La Batalla de Stalingrado duró varios meses, desde el 17 de julio de 1942, y la atención del mundo entero se centró en ella. Millones de personas, mientras se desarrollaba la batalla, se apresuraron a las radios por la mañana para escuchar lo que estaba sucediendo en el Volga. El 80% de los motores de los tanques, automóviles y aviones del Ejército Rojo se suministraron con aceite de Bakú. El bloqueo del Volga por los nazis significó que la posición de nuestro ejército se volvería trágica.
Pero ganamos en Stalingrado. Parecería que ahora conviene prestar atención a esta fecha legendaria. Para contarle a la generación joven sobre esta batalla, que la masa traidora está arrastrando en la plaza, para prender fuego al Maidan y destruir el país. Cuenta cómo en 1943 sus pares lucharon por la gran patria soviética, cómo aplastaron a los nazis. Además, se acerca el aniversario de la batalla de Oryol-Kursk, durante la cual finalmente se rompió la espalda de la bestia fascista.
Vi muchos noticieros militares sobre la batalla en la región de Oryol. Y cuando el otro día despidió a su amigo y camarada Vasily Semyonovich Lanovoy en su último viaje, recordó esto. Él, como nadie más, encarnaba el patetismo y el coraje de ese joven militar: soldados y oficiales criados por el régimen soviético.
Me pareció que el 2 de febrero, todas las estaciones de radio y empresas de televisión de Rusia deberían haber estado hablando de esto. Pero en todos los canales se habló del juicio a Navalny.
Sin embargo, dijeron que Putin ordenó a la Corte Suprema que pensara en el análogo nacional del CEDH. La instrucción correspondiente se dio después de una reunión entre Putin y miembros del Consejo Presidencial de Derechos Humanos en diciembre de 2020.
Pero por alguna razón, ni los navalnistas ni el gobierno actual recuerdan los derechos humanos en la «Granja estatal de Lenin», que los agentes de la ley siguen intimidando. Tampoco recuerdan los derechos del líder de la facción del Partido Comunista en el parlamento regional de Irkutsk, Andrei Levchenko, hijo del ex gobernador comunista Sergei Levchenko, que se encuentra recluido en Matrosskaya Tishina desde septiembre.
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Estos dobles-triples estándares están empujando a los jóvenes de hoy a protestas violentas. En primer lugar, contra la injusticia, contra los delincuentes y la oligarquía, contra la burocracia ladrona, contra la humillación de los niños de la guerra, contra la educación pagada y la medicina destruida.
¿Entonces no es la personalidad de Navalny la principal preocupación?
El verdadero culpable de la protesta es el curso socioeconómico actual. Más la política que arruina el país y humilla a generaciones enteras.
El lunes por la noche participé en el programa de televisión «Let Them Talk», dedicado a Lanovoy. Había una atmósfera maravillosa y sincera: todos, independientemente de su edad y opiniones políticas, coincidieron en que Vasily Semenovich fue un gran luchador por la verdad, la justicia y el patriotismo real. De la gente común, Pavka Korchagin, Ivan Varrava, creó héroes épicos. Uno – en Budenovka y con un sable calvo sobre un caballo negro, el otro – con el paso firme de un coronel general – camina con nosotros en el «Regimiento Inmortal», defendiendo todo lo mejor que hubo en nuestra historia. Todo aquello contra lo que los enemigos de Rusia se han alzado ahora en armas, incluido el uso de la «quinta columna».
La duplicidad del actual gobierno es evidente. Y si el Kremlin quiere fortalecer efectivamente el país y la soberanía, debe confiar en los mejores: en las hazañas cerca de Moscú y Stalingrado, en el Oryol-Kursk Bulge, en el trabajo único de Vasily Lanovoy. Estoy orgulloso de que, en cooperación con Lanov, organicé la velada en el Palacio del Kremlin en la víspera del Día de la Victoria, junto con Elina Bystritskaya, Mikhail Nozhkin, Yuri Solomin, Alexander Mikhailov.
Es en esto, los mejores representantes del espíritu y la cultura rusa, en lo que las autoridades deben confiar ahora. Y no en las porras de la policía ni en los informes de los agentes del orden sobre lo bien que golpearon a sus compatriotas, desconcertados por la masa provocativa.
¿Por qué lo consideras a Navalny provocativo?
Preste atención al lado político del problema. Después de todo, los estadounidenses no ocultan el hecho de que Rusia es el enemigo número uno. Entienden que tenemos un arsenal soviético de armas de misiles nucleares y que podemos destruir a cualquier enemigo. Estados Unidos no necesita tales competidores. Por lo tanto, a los estadounidenses no les agradaba ni la Rusia zarista ni el Estado soviético. Tampoco están satisfechos con el régimen actual.
Por lo tanto, Estados Unidos está planteando y apoyando nuestra «quinta columna». Si nuestro gobierno mostrara honestamente la venalidad de Yeltsin, Gaidar, Chubais, toda la manada que saqueó y destruyó el país, creo que la situación sería mucho más saludable.
Si demostrara que Navalny, Yushchenko y Saakashvili se formaron en el marco del programa Yale World Fellows de la American Yale University, en el marco del cual el Departamento de Estado de EE.UU. forma a líderes de revoluciones de «color», no nos sorprendería hoy lo que está sucediendo con Navalny.
Sabemos lo que hizo Saakashvili en Georgia, lo que hizo Yushchenko en Ucrania; permítanme recordarles que incluso deslizaron a su esposa, una Tsareushnitsa. Vemos cómo ahora están tratando de organizar una revolución de «colores» en la fraterna Bielorrusia.
El principal motivo del agravamiento de la situación en nuestro país está en el actual curso socioeconómico. Y nuestros oponentes externos están jugando con esto, utilizando los fracasos del gobierno ruso. Permítanme señalar que los estrategas políticos estadounidenses han aprendido brillantemente cómo crear una situación de confrontación. En la URSS, en un principio hubo un enfrentamiento entre Yeltsin y Ligachev para arrastrar al equipo liberal al piso de arriba. Luego vino el enfrentamiento Gorbachov-Yeltsin. Pero luego, lo que es típico, Gorbachov y Yeltsin juntos cubrieron el Partido Comunista, y ambos recibieron el reconocimiento occidental. Uno se convirtió en ciudadano honorario de Alemania, el segundo, hablando en el Congreso de los Estados Unidos, recibió una ovación de pie quince veces. Y todo terminó con la ejecución, tanto nuestro parlamento como el gobierno soviético.
Recientemente, volvimos a ver a los estrategas políticos estadounidenses en acción, en el ejemplo de Tikhanovskaya en Bielorrusia. Este muñeco fue inflado, arrastrado por los parlamentos, a través de grandes oficinas, y trataron de crear un líder de protesta a partir de él. Gracias a Dios, el pueblo bielorruso ha resistido la prueba con dignidad: el padre fue apoyado por colectivos laborales, funcionarios de seguridad y todos los que se preocupan por una república estable e inteligente. Los días 11 y 12 de febrero se llevará a cabo la Asamblea Popular de Belarús, en la que Lukashenka informará y presentará un nuevo programa. Y me gustaría que siguiéramos de cerca estos acontecimientos: Belarús siempre ha mostrado un ejemplo de apoyo muy constructivo a los trabajadores.
¿El escenario de la «revolución de color» también se juega en Rusia?
Vemos que se está desarrollando un enfrentamiento: ahora Putin contra los comunistas, ahora Putin contra Navalny. Lo cierto es que el rumbo seguido por nuestro bloque socioeconómico liberal ha llevado al país a un callejón sin salida y ha llevado a una crisis sistémica. Pero nuestras autoridades aún temen más no la crisis o Navalny, sino el giro a la izquierda.
Navalny es un mafioso moderno de las ideas, diseñado para prender fuego al «Maidan» en Rusia, imitar la lucha entre dos clanes y dejar en el poder a aquellos que continuarán siguiendo un curso liberal que es destructivo para el país.
Ahora el Comité Regional de Washington y la televisión de Berlín están participando en esta operación. Es indicativo que unos 20 representantes de las embajadas de países extranjeros, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Bulgaria, Polonia, Letonia, Lituania, Austria, estuvieron presentes en el juicio de Navalny, un caso sin precedentes para que diplomáticos extranjeros se presenten en un país extranjero en la corte y presionarlo! ¡Se trata de una flagrante injerencia en los asuntos internos de la Federación de Rusia!
¿Y qué están haciendo las autoridades y nuestros organismos encargados de hacer cumplir la ley en tal situación? ¡Arrestan ciudadanos sin motivo! Nuestro militante, un estudiante de la Universidad Estatal de Moscú, Alexei Fedin, fue detenido solo porque cerca del metro repartió folletos del Partido Comunista de la Federación de Rusia con una invitación para asistir a una fiesta dedicada al 23 de febrero: el nacimiento del invencible. Ejército Rojo. Fue encarcelado durante 15 días, presuntamente por participar en una acción de apoyo a Navalny. Bueno, ¿cómo puedes?
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Otro momento significativo es el poderoso apoyo financiero de Navalny. Según informes de los medios, más de 1.500 millones de rublos pasaron por la billetera bitcoin de la sede de la oposición. ¿De dónde viene este dinero loco? ¿Y hacia dónde mira el Comité de Investigación? Después de todo, este es dinero que se destina a destruir el país, a sobornar, a amenazar.
Navalny inicialmente jugó un papel provocador. Las autoridades lo necesitaban para llevar a los izquierdistas a Bolotnaya y enviarlos a la cárcel; así es como Udaltsov y Razvozzhaev terminaron en prisión. Navalny fue liberado para las elecciones a la alcaldía de Moscú en 2013 para desviar la atención del programa comunista «De la ciudad de los problemas a la ciudad del éxito», que fue presentado por nuestro candidato Melnikov.
Hoy Navalny es toda una operación especial diseñada para personas decepcionadas con el rumbo actual y la política actual. Y detrás de cada episodio de esta operación especial sobresalen los oídos de los titiriteros, que antes derribaron las ventanas y puertas de la URSS con el ladrón de Yeltsin y la privatización de Chubais. Destacan las tecnologías con las que abandonaron Ucrania, incendiaron el Cáucaso y Asia Central.
Hoy, este bastardo está prendiendo fuego a nuestro país. El telón de fondo de esto es Rusia Unida, que provoca acidez de estómago en las personas, y la reforma caníbal de las pensiones. El Kremlin espera entablar relaciones con Biden y la nueva administración estadounidense, pero no saldrá nada.
Debe establecer relaciones con su propia historia de mil años y tomar un ejemplo: de China, que está saliendo con éxito de la crisis, luchando contra la pobreza y dominando las últimas tecnologías. Entonces todo estará bien en Rusia.
