La medida del Ayuntamiento de la capital holandesa busca reducir los índices de prostitución y consumo de drogas.

El «barrio rojo» de Ámsterdam, conocido por ser sede de establecimientos donde las «trabajadoras sexuales» ejercen la prostitución, y donde se consume drogas y otros estupefacientes, ha encontrado la reacción del Ayuntamiento de esa ciudad holandesa, que se manifestó a favor de una propuesta para trasladar esas actividades a las afueras de la ciudad.

Según las autoridades, con ello se busca mejorar la habitabilidad del centro de la capital de los ‘Países Bajos’, reduciendo así la oferta en el ejercicio de la prostitución y el consumo de drogas, como parte de un plan para promover la llegada a ese entorno citadino de un turismo de mayor calidad.

Femke Halsema, alcaldesa de Amsterdam, busca desde hace tiempo poner fin a la prostitución en el barrio rojo de esa ciudad, argumentando que con estas medidas, su gestión apunta a «dar como resultado una mejor combinación de funciones: un mejor control, una valiosa economía de visitantes y el fortalecimiento de la diversidad cultural y la identidad local, una gama más diversa de viviendas y más residentes en el centro de la ciudad, un espacio más accesible y mucha más.

Durante una reunión celebrada online hace una semana, concejales de diversos partidos en ese país europeo acordaron la creación de un «centro erótico», que presuntamente estaría ubicado a las afueras de la capital neerlandesa, para reducir considerablemente el número de locales en el centro histórico dedicados de venta y consumo de cannabis, conocidos como ‘cofeeshops’.

La medida que aún se encuentra a debate, persigue al mismo tiempo «mejorar los derechos de las trabajadoras sexuales», y a su vez, reducir la trata de personas, controlar la criminalidad en el centro histórico de la ciudad y reducir el nivel de molestias para los residentes y las empresas, indican los participantes en la reunión.

«Con un centro erótico, necesitarías menos ventanas en el centro de la ciudad. No tiene por qué tener un mal ambiente: puede ser un lugar seguro para las trabajadoras sexuales que no tiene efectos negativos en el área en la que se encuentra», indicó el concejal Daan Wijnants, quién además, se inclinó por «una nueva área de construcción porque es probable que las ubicaciones actuales experimenten una reacción fácil», resaltando que muchos reaccionarían con un «no en mi patio trasero».

34310cookie-checkHolanda se inclina por desmantelar «barrio rojo» de Amsterdam

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