«Soldados Malditos» fue una organización clandestina en contra de los valerosos soldados del Ejército Rojo.
Este martes en un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia anunció su decisión de expulsar del país al cónsul polaco en la región de Brest, Jerzy Timofejuk, luego de comprobarse su participación en un evento no oficial antisoviético y anticomunista dedicado al «Día de los Soldados Malditos».
La organización clandestina Soldados Malditos fue fundada en Polonia al término de la Segunda Guerra Mundial, en clara referencia al valor y el heroísmo de los soldados del Ejército Rojo de la URSS que dieron la última estocada al régimen nazi alemás.
«El 9 de marzo de 2021, el encargado de negocios de Polonia en Bielorrusia, Martin Wojciechowski, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores de Bielorrusia», destaca el comunicado de la Cancillería bielorrusa.
Uno de sus miembros, en cuyo honor se celebra el evento, fue Romuald Rajs, un criminal de guerra que fue apodado Bury, culpable de asesinatos en masa por motivos de nacionalidad y religión.
Según el texto de prensa, «durante la reunión, al diplomático polaco se le presentó una fuerte protesta por la participación del cónsul del Consulado General de Polonia en Brest, Jerzy Timofejuk en un acto no oficial dedicado al ‘Día de los Soldados Malditos’ celebrado el 28 de febrero de 2021 en Brest con la participación de representantes de organizaciones no gubernamentales y juveniles».
Además, señala el Ministerio bielorruso de Exteriores, que «la parte polaca recibió una nota en la que se le pide al cónsul que abandone el territorio de la República de Bielorrusia».
Bielorrusia califica de inaceptable «la glorificación de criminales de guerra, justificación cínica del genocidio del pueblo bielorruso, y las graves violaciones de las obligaciones de Polonia de evitar la glorificación del nazismo», reza el comunicado.
Por otra parte, enfatizó la diplomacia bielorrusa que: «En nuestro país, la incitación a la hostilidad o discordia racial, nacional, religiosa o social y la rehabilitación del nazismo son delitos penales. Al participar en este evento, el representante polaco violó gravemente el derecho internacional, en particular la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares».
