En noviembre del 2020, el mandatario bielorruso aseguró que dejaría el poder en su país cuando una nueva Constitución sea aprobada.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, señaló ante el colectivo de trabajo de la empresa Molochny Mir en Grodno, quienes, en su opinión, pueden postularse para el puesto de presidente de la república, tocando abiertamente el tema de la transferencia de poderes, que a menudo se plantea en los medios de comunicación bielorrusos.

De boca de Lukashenko, sobresalió el nombre de su asistente, y exencargado del Ministerio del Interior, Yuri Karaev, así como el gobernador de la región de Grodno, Vladimir Karanik, ambos muy conocidos en Bielorrusia.

«Sólo hay un tránsito de poder: elecciones, la gente ha elegido. Aquí tengo a dos personas mías aquí, pueden participar en las elecciones presidenciales, serán candidatos fuertes», destacó el líder bielorruso, describiendo a ambas figuras políticas como «jóvenes, inteligentes, que conocen el valor de este país».

Antes de convertirse en asistente del presidente bielorruso, e inspector de la región de Grodno, Karaev ocupó la presidencia del ministro de asuntos internos de la república. El mismo, es originario de Ordzhonikidze (ahora Vladikavkaz), y graduado de la Escuela de Tropas Internas de Saratov, ascendiendo constantemente en la escala profesional. En 2008 dirigió una brigada de fuerzas especiales, y en 2012 comandó las tropas internas y fue subjefe del Ministerio del Interior.

Yuri Karaev recibió el cargo de ministro en 2019. En octubre de 2020, Karayev, junto con el comandante del OMON, Dmitry Balaba, y el subcomandante de las tropas internas, Khazalbek Atabekov, fueron agregados a la lista de sanciones de la Unión Europea, siendo sometidos a restricciones económicas y de movilidad en el territorio europeo, debido a su participación en lo que. un informe del bloque comunitario, define como una «campaña de represión e intimidación» y «detenciones ilegales» contra los manifestantes paíficos.

Al frente del Ministerio del Interior, Karaev consideró las manifestaciones masivas no autorizadas y los enfrentamientos con las fuerzas del orden como una guerra, señalando en su momento, que “hay una influencia descarada y sin disfraz, alimentada por la impunidad, sobre todo, y la ausencia de miedo”, además, agregó el ministro, su “trabajo hoy es transmitir a cada policía de distrito que su vida, el futuro de sus hijos y resueltamente sacarás tu arma y determinarás que ya te están matando, y todavía estás tratando de persuadirlos», enfatizando que, al frente del Ministerio, «no nos convertiremos en bestias, pero tampoco seremos blandos», indicó.

Según reseña el reporte ofrecido por la agencia de prensa rusa, Ria Novosti, «casi inmediatamente después de esas declaraciones, Karaev fue despedido de su cargo al frente del Ministerio del Interior, y trasladado a ejercer el cargo: de asistente presidencial. El viceministro del Interior saliente, Alexander Barsukov, y el exsecretario del Consejo de Seguridad, Valery Vakulchik, que habían trabajado durante ocho años al frente de la KGB bielorrusa, recibieron cargos similares.

Según indican los expertos consultados por Ria Novosti, tanto el primer candidato de Lukashenko como el segundo, «siempre actuaron en línea con la ideología del presidente y no mostraron mucha independencia». Para el director del Consejo de Diálogo de Relaciones Exteriores de Minsk, Yevgeny Preigerman, al presentar a Karaev y Karanik como dignos candidatos, Lukashenko no nombró sucesores, sino que habló de otra cosa, indicó.

«El caso es que cuando se vaya, su trabajo y su trayectoria serán continuados por personas con experiencia estatal seria en altos cargos, y no manifestantes», remarcó Preigerman, enfatizando que «las personas que son leales al Estado están siendo reclutadas por la élite gobernante», aunque resaltó, «ninguno de los candidatos ha mostrado tales ambiciones hasta ahora».

En el encuentro, Alexander Lukashenko aseguró a los asistentes que en Bielorrusia «habrá otros presidentes. Puedo garantizar esto. Entonces podrá comparar y comprender todo. Por ahora, tenga paciencia», remarcó el manadatario bielorruso, quién además, advirtió que «debemos salir adelante. El mundo se ha vuelto loco. La gente en este mundo ha perdido el sentido de la orientación. Este no es el momento adecuado para irse a los extremos. Por eso, proclamé este año como el año de la unidad popular», enfatizó.

La crisis política en Bielorrusia fue desencadenada desde agosto del 2020, cuando en la noche después de la votación presidencial, estallaron protestas masivas lideradas por la oposición al mandatario, que según los datos oficiales del Consejo Electoral Central bielorruso, Lukashenka habría sido reelegido con alrededor del 80 % de los votos de quienes acudieron a los colegios electorales, unos resultados que la oposición afirma fueron fraudulentos.

43340cookie-checkLukashenko nombró a posibles sucesores en el cargo de presidente

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