El mandatario filipino aseguró, que su Gobierno hará todo lo que sea necesario para hacer valer los reclamos sobre los recursos petrolíferos contenidos en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de su país, la cual remarcó, fue reconocida por un tribunal de arbitraje internacional en 2016.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, aseguró en una declaración del lunes 19 de abril, que su país está dispuesto a enviar sus buques de guerra al mar de la China Meridional en aras de reivindicar los reclamos sobre los recursos petroleros y mineros que se encuentran en aguas disputadas con la República Popular China.
El mandatario filipino aseguró, que su Gobierno hará todo lo que sea necesario para hacer valer los reclamos sobre los recursos petrolíferos contenidos en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de su país, la cual remarcó, fue reconocida por un tribunal de arbitraje internacional en 2016.
«Filipinas no puede hacer nada para terminar con la presencia china en su ZEE, sin embargo, estamos listos para luchar y reclamar los minerales e hidrocarburos en caso de que China comience a explotarlos», advirtió el presidente del país sudasiático.
«Ahora no me interesa tanto la pesca. No creo que haya suficiente pescado para discutir. Pero cuando empecemos a minar, cuando empecemos a obtener nuestro petróleo, en ese momento enviaré mis barcos grises allí para reclamarlo», enfatizó el presidente filipino.
El Gobierno de Filipinas, presentó recientemente reclamaciones dado el supuesto avistamiento de lo que catalogó como «construcciones ilegales», asó como la presencia en marzo último de más de 200 embarcaciones pesqueras chinas frente a una de las islas Spratly, que es un archipiélago reclamado por varias naciones del área como: Filipinas, Malasia, Brunéi, Vietnam y China.
En medio de las tensiones entre Filipinas y China, el Gobierno filipino y las autoridades en Washington han acordado la reanudación de ejercicios navales en el mar de la China Meridional, y que el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price, advirtió a la República Popular China, de que «cualquier ataque contra las Fuerzas Armadas, embarcaciones o aviones de Filipinas en el Pacífico activará el Tratado de Defensa Mutua entre EE.UU. y Filipinas».
