«Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la Revolución en todos los lugares». «No vamos a entregar la soberanía, ni la independencia de esta nación. Tienen que pasar por encima de nuestros cadáveres si quieren tumbar la Revolución», remarcó el presidente de Cuba.
Diversas voces descontentas en Cuba con la labor del Gobierno, en cuanto al manejo de la pandemia global del coronavirus, que este domingo el Ministerio de Salud Pública reportó un alza en números de contagios y de muertes a causa de la enfermedad Covid-19 (47 fallecidos según los datos recopilados el sábado), el incremento de las necesidades económicas y la crisis energética que sufre el país, lo cuál ha obligado a programar apagones en el suministro de electricidad exharcerbando el malestar de una parte de la población.
El Gobierno cubano, presidido por Miguel Díaz-Canel, sucesor de Raúl Castro en el cargo de primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, ha vinculado el incremento de los problemas económicos y las penurias que sufre gran parte del pueblo cubano a los efectos directos de 60 años de permanencia de un férreo bloqueo establecido por Estados Unidos, y mantenido hasta nuestros días por diversas administraciones norteamericanas, en el afán de provocar el estallido social en la Isla caribeña, como premisa para alcanzar el anhelado ‘cambio de régimen’.
«Estados Unidos empezó a recrudecer el bloqueo con una serie de medidas restrictivas de persecución financiera en contra del sector energético con el objetivo de asfixiar nuestra economía y que eso provocara el anhelado estallido social masivo, que sembrara las posibilidades poder llamar a una intervención humanitaria que termina en intervención militar y en injerencias, y que afectan los derechos, la soberanía y la independencia de todos los pueblos», enfatizó Díaz-Canel.
«Vinieron las 243 medidas impuestas por la administración de Donald Trump, y después se decide incluir a Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo, una lista espuria, ilegítima y unilateral que ha adoptado el gobierno de los Estados Unidos, creyéndose los emperadores del mundo», enfatizó Canel.
Según argumentó el presidente, «estas restricciones propiciaron que al país se le cortaran de inmediato varias fuentes de ingreso de divisas como el turismo, los viajes de cubanos-americanos a nuestro país y las remesas. Se hizo un plan para desacreditar las brigadas médicas cubanas y las colaboraciones solidarias que presta Cuba, que por esa colaboración ingresaban una parte importante de divisas», detalló el mandatario cubano.
En su intervención ante las cámaras de televisión nacional, y luego de su recorrido por las calles del municipio habanero San Antonio de los Baños, epicéntro de las manifestaciones antigubernamentales, el presidente de Cuba defendió la posición oficial de que esos actos han sido coordinados por los reaccionarios de origen cubano que radican en EEUU en conjunto con las agencias estadounidenses para la subversión interna en terceros países, y los lacayos y mercenarios al servicio del gobierno norteamericano presentes en la nación antillana.
«En San Antonio de los Baños, un grupo de personas se agrupó en uno de los parques más céntricos para reclamar, incluso se unieron personas revolucionarias que pueden estar confundidas por la desinformación que hay en las redes sociales», declaró el mandatario cubano.
En su mensaje al pueblo de Cuba, el primer secretario del PCC enarboló la histórica consigna de que en su país «las calles son de los revolucionarios y el Estado tiene toda la voluntad política para dialogar, pero también para participar» en los reclamos populares, pero también en el enfrentamiento de las provocaciones y los intentos ideológicos anexionistas, puntiualizó.
«Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la Revolución en todos los lugares». «No vamos a entregar la soberanía, ni la independencia de esta nación. Tienen que pasar por encima de nuestros cadáveres si quieren tumbar la Revolución», remarcó el presidente de Cuba.
Al llamado hecho por el mandatario cubano, le siguió la movilización espontánea y organizada de la militancia y el pueblo, que en su mayoría apoya la gestión del Gobierno y hace como suya la defensa de la Revolución Cubana.
