Según remarcó, el embajador de Rusia en la República de Cuba, Andrey Guskov, las manifestaciones del domingo no fueron un intento de derrocar al gobierno de la Isla caribeña, ní tampoco va en contra de las restricciones impuestas por la Covid-19, pero sí está relacionado con el aumento del brote del coronavirus, afirmó.
Este lunes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia declaró en un comunicado por medio de su vecera oficial, María Zajárova, que su país «sigue el desarrollo» de la situación política en Cuba, desde la tarde del domingo último, cuando un grupo de opositores al gobierno efectuó coordinadas concentraciones en varias localidades del país, liderando el descontento provocado por los efectos negativos de la pandemia global del coronavirus, que ha mermado la capacidad de las autoridades para garantizar el suministro de energía eléctrica, alimentos y medicamentos desde hace varios meses.
«Seguimos de cerca la evolución de la situación en Cuba y sus alrededores». «Estamos convencidos de que las autoridades cubanas están tomando todas las medidas necesarias para restablecer el orden público en interés de los ciudadanos del país en el marco de la Constitución nacional y la legislación interna vigente», destacó Zajárova en rueda de prensa.
Además, la funcionaria rusa indicó, que el Gobierno ruso considera «inaceptable la injerencia externa en los asuntos internos de un estado soberano y cualquier otra acción destructiva que fomente la desestabilización de la situación en la Isla».
«Estamos convencidos de que las autoridades cubanas están tomando todas las medidas necesarias para restablecer el orden público en beneficio de sus ciudadanos, en el marco de la Constitución nacional y de la legislación interna vigente», afirmó el comunicado de la Cancillería rusa.
Según remarcó, el embajador de Rusia en la República de Cuba, Andrey Guskov, las manifestaciones del domingo no fueron un intento de derrocar al gobierno de la Isla caribeña, ní tampoco va en contra de las restricciones impuestas por la Covid-19, pero sí está relacionado con el aumento del brote del coronavirus, afirmó.
«No, esto no es un intento (de derrocar al gobierno). Esto no va en contra de la restricción de Covid, pero está relacionado con el brote de Covid», dijo el diplomático ruso.
Para Guskov, el núcleo de estas protestas inusuales en Cuba ha estado vinculado con la prevalencia actualmente de «graves interrupciones del suministro de alimentos, medicamentos, combustible y energía eléctrica». «La gente expresa sus deseos, expresa ciertas frustraciones. Y el gobierno reaccionó a todo esto de manera operativa», comentó el embajador ruso en la Isla caribeña.
En conversación para medios de prensa rusos, especialistas del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia aseguran que entre las causas del aumento del descontento popular en Cuba, se ubican en primer orden las sanciones económicas impuestas por EEUU a lo largo de 60 años, la caída estrepitosa de los ingresos en divisas como consecuencia del impacto negativo de la pandemia que ha obligado a frenar el desarrollo de la industria turística, una de los principales renglones económicos del país, y la reducción del suministro de petróleo desde Venezuela.
Según estima Dmitri Rozental, director conjunto del ILA RAN, «las protestas tienen una naturaleza objetiva». «Están vinculadas con problemas generales de la economía cubana, con el desplome catastrófico del suministro de petróleo desde Venezuela y, sin duda, con las sanciones estadounidenses. De acuerdo, la pandemia de coronavirus también tuvo un efecto extremadamente negativo en la economía y el sistema social cubanos: crece el número de infectados y en la isla hay muy pocas vacunas. Así que no hay que extrañarse de que el sentimiento público esté empeorando», enfatizó el academíco a TASS.
No obstante, Rozental remarcó en su análisis que de momento no debe haber motivo para la existencia de «los sentimientos alarmistas» referente a las protestas en el país antillano, pués asegura que el activo despliegue informativo de la situación se debe a que se trata de las primeras grandes protestas efectuadas en Cuba desde 1994 cuando aún Fidel Castro estaba en el poder. «Yo no exageraría estas protestas», declaró.
El científico ruso indicó además, que la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos estuvo vinculaba a esperanzas de cierta normalización de las relaciones estadounidense-cubanas, argumentando que ahora, «al parecer, esa normalización se demora a largo plazo», señaló el experto.
«La cuestión cubana es en EE.UU. un asunto de política no solo externa, sino también interna. Es un momento muy delicado. Hay un grupo de presión cubano bastante serio, un grupo conservador que empujará a la Casa Blanca para que endurezca la presión», recalcó Rozental.
En consonancia, el consejero del director del ILA RAN, Nikolái Kaláshnikov, puntualiza como en los últimos años, la política hostil del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba ha fomentado la protesta social, al convertir la vida de ese país en una «lucha por la supervivencia económica».
«Cuba necesita inversiones. Es el problema número uno porque le faltan recursos propios y sin inversiones no puede desarrollarse. Por eso, básicamente ahora la cuestión no es el desarrollo económico del país, sino su supervivencia económica. En cuanto a las sanciones que introdujo EEUU durante el mandato de Trump, prácticamente era el máximo de lo que se podía implementar con el fin de obstaculizar la actividad de la isla», «como resultado de la presión de Washington el número de socios económicos de Cuba se ha reducido drásticamente», declaró Kaláshnikov a Rusia Today.
En la tarde del domingo 12 de julio, la televisión estatal cubana informó de disturbios callejeros realizados en varias localidades del país que involucraron la destrucción de tiendas en divisas y un carro patrullero de la Policía, y cuyo epicentro se produjo en San Antonio de Los Baños, un municipio cubano ubicado a 24 km al sur de La Habana, la capital del país.
Como reacción, el presidente cubano Miguel Dias-Canel se dirigió en cadena nacional de radio y televisión a todo el pueblo de Cuba, e instó a los defensores de la revolución cubana a salir a las calles poner orden y frustrar las provocaciones hechas en contra las autoridades en el país por grupos opositores que vinculó al financiamiento directo por parte de agencias desestabilizadoras radicadas en Estados Unidos, y los calificó como «mercenarios al servicio del imperio» norteamericano.
