Según destacó el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, tanto Rusia como China mienten sobre Estados Unidos, ya que tienen la clara intención de «desacreditar a una gran potencia».
“Las autoridades de China y Rusia, entre otras, prueban, tanto pública como privadamente, que Estados Unidos está en declive, y es mejor vincular su futuro con su visión autoritaria del mundo que con la nuestra democrática», remarcó recientemente el secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, enfatizandom al mismo tiempo que, tanto en una medida u otra, la nación norteameriucana sigue siendo «un país extremadamente fuerte» en una amplia variedad de estándares.
Las palabras del político estadounidense, viene a ser expresión de una política que ciertos analistas califican como «confusa» en cuanto a la estrategia que ha adoptado Estados Unidos en su relación con potencias como Rusia y China, y en la cuál ha pasado a enumer lo que considera como las fortalezas estadounidenses en la esfera internacional.
«Nuestra red de alianzas y asociaciones con otros países es incomparable, nuestras fuerzas armadas son las fuerzas más poderosas y listas para el combate del planeta», remarcó el funcionario norteamericano, aunque admitió, sin embargo, que los competidores externos están presionando gradualmente a Estados Unidos. en el escenario mundial y los Estados Unidos aún deben invertir en «renovación interna», porque el país ya ha retrocedido al puesto 13 en el mundo en términos de calidad de infraestructura y al noveno lugar en términos de inversión en innovación en proporción al producto bruto.
Blinken lamentó en rueda de prensa, que «la democracia está actualmente amenazada en todo el mundo y el autoritarismo y el nacionalismo están en aumento», pero indicó, «Estados Unidos está luchando todos los días una lucha de derecha por la libertad política y los derechos humanos».
Para los expertos, si bien el poder financiero y económico estadounidense sigue siendo superior al chino, y las fuerzas armadas son más poderosas que las rusas, sumando a ello, que la influencia geopolítica total de los Estados Unidos sigue siendo enorme en todo el orbe, lo cierto es que, al menos las potencias emergentes y los países afines a sus áreas de influencia se están escapando cada vez más rápido de los lazos estadounidenses.
Al día de hoy, el mundo ha sido expectante de fenómenos geopolíticos que han venido afectando la imagen del poderío de Estados Unidos y su nivel de influencia a nivel internacional. Por un lado, está claro la crisis de la estrategia global estadounidense, ya que concebir el estilo de vida a la manera norteamericana de una forma globalizada no ha tenido éxito, e incluso, los intentos de reestructurar esta estrategia han sido abocados al fracaso.
También, ha sido evidente a los ojos externos la propia crisis interna en Estados Unidos, y su relación con las demás naciones de América. Entre tanto, otros de los signos de la crisis estadounidense es el hecho mismo de que Washington comenzó a quejarse de las supuestas intrigas rusas y chinas, los piratas informáticos y la interferencia electoral de Rusia), la argumentación de una «competencia desleal» en el comercio mundial y la economía a favor de China.
Analistas consideran, que en la búsqueda de un nuevo orden mundial, que se ajuste a un nuevo equilibrio de poder, tanto a Rusia como a China no les interesa ver a un Estados Unidos en declive, al menos de una manera violenta. Si bien a ciencia cierta, nadie sabe cuánto tardará Estados Unidos en declinar su desarrollo, que según estimaciones podría producirse en diez o treinta años, sí aseguran que este proceso es inevitable.
De momento, en el marco de ese período de término de la «era de Estados Unidos», el país norteaño seguirá siendo la potencia mundial más fuerte, e incluso tratará de mantener al Occidente unido bajo su control, a fin de continuar siendo número uno en el escenario mundial. China y Rusia están claras que Estados Unidos no renunciará tán facilmente a su pretendido «mesianismo» global, cuanto más débil se haga esa nación más peligrosa podrían llegar a convertirse sus acciones para todos, incluso para su propia población, es por ello, que la necesidad geopolítica está en garantizar un declive ordenado de la era estadounidense, y no un colapso incontrolado, ni una guerra con una hegemonía en caída.
