Desde que en 1992, las Fuerzas Armadas de Japón comenzaron a participar en misiones paz de la ONU en el extranjero hasta 1992, la opinión publica de ese país de Asia ha aumentado su apoyo a las operaciones militares niponas en el exterior.
Un reciente estudio elaborado por investigadores chinos, publicado en la revista Asia-Pacific Security and Maritime Affairs, advierte sobre la posibilidad de que Japón se involucre militarmente en el supuesto de que la República Popular China decida reunificar a Taiwán por la fuerza.
La información difundida por el dirario chino South China Morning Post, destaca las recomendaciones del analista e investigador chino, Wu Huaizhong, de la Academia China de Ciencias Sociales, para que su país mantenga la alerta sobre las acciones de las autoridades japonesas en ese sentido, ya que, los gestos mostrados recientemente, tanto por Estados Unidos como Japón, en relación a su apoyo a Taiwán, tienen el obejtivo de disuadir militarmente a China.
«Japón no solo ha emitido señales a través de niveles oficiales e individuales, sino que también ha intentado llevar a cabo acciones prácticas de respuesta a través de la alianza Japón-Estados Unidos o ha actuado parcialmente en solitario bajo el marco legal existente», señala Huaizhong en el estudio.
Además, el experto subraya que en los últimos años, las fuerzas navales de Japón y de EEUU han llevado a cabo ejercicios militares conjuntos, sobresaliendo, su primer simulacro antisubmarino en el mar de la China Meridional, realizado hace una semana.
Paralelamente, en un artículo publicado en el sitio web del Foro Mundial de la Paz de la Universidad de Tsinghua, investigadores de la nación asiática como, Hu Fangxin y Zhang Lihua, llamaron la atención sobre el hecho de que Japón podría hacer uso de las oportunidades en relación a las misiones de mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para «convertirse en una gran potencia».
«El Gobierno japonés ha roto las restricciones ‘exclusivamente defensivas’ forzando el proceso de revisión constitucional con un hecho consumado», «China debe vigilar sus intentos de utilizar tales oportunidades para eludir la constitución de la paz», advirtieron ambos investigadores.
Desde que en 1992, las Fuerzas Armadas de Japón comenzaron a participar en misiones paz de la ONU en el extranjero hasta 1992, la opinión publica de ese país de Asia ha aumentado su apoyo a las operaciones militares niponas en el exterior.
Ello ha sido favorecido además, por la flexibilidad que poco a poco se fue dotando a las restricciones que sobre el Ejército japonés pesaban sobre el acceso a las armas, así como, al incremento de sus actividades de mantenimiento de paz en el marco de la ONU. Un factor que a su vez, ha sido propiciado por el aumentado de su autonomía diplomática en favor de mejorar su poder militar.
En ese sentido, la ley de seguridad nacional aprobada en Japón en 2015, le otorgó a las Fuerzas de Autodefensa japonesas el derecho a participar en operaciones con caracter de «defensa colectiva», ampliado cada vez más su mandato, indican los expertos.
«En cuestiones como la historia, Taiwán, las islas Senkaku (reclamadas por China y Japón), los derechos marítimos, la seguridad regional, la defensa conjunta entre Japón y EEUU y, más recientemente, Sinkiang y Hong Kong, hay fuertes conflictos y oposiciones», señaló por su parte, Liu Jiangyong, especialista en las relaciones entre China y Japón de la Universidad de Tsinghua.
