Según declaró el primer ministro nipón, Fumio Kishida, su país podría inclinarse hacia el reforzamiento de una «postura de defensa fundamentalmente con un sentido de rapidez».
Este lunes, durante su intervención ante la Dieta Nacional (Parlamento), el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, aseveró que su país estudiará seriamente sobre la posibilidad de atacar bases enemigas como parte de la estrategia de defensa nacional, ante lo que denominó, como «un entorno de seguridad que se agrava rápidamente».
«Para salvaguardar la vida y el sustento del pueblo, examinaremos todas las opciones, incluida la capacidad de atacar las bases enemigas, y reforzaremos nuestra postura de defensa fundamentalmente con un sentido de rapidez», declaró Kishida.
Según destacó el primer ministro japonés, en 2022 está planificado renovar tres programas principales de defensa en su país: la Estrategia Nacional de Seguridad, las Directrices del Programa Nacional de Defensa y el Programa de Defensa a Medio Plazo.
A finales de noviembre pasado, el funcionario remarcó, en el marco de un discurso en la base militar japonesa de la Fuerza Terrestre de Autodefensa, ubicada en Asaka, Tokio, sus preocupaciones acerca de los avances en el programa de desarrollo de misiles de Corea del Norte, y el auge del poderío militar de China, asegurando que Japón aumentará el gasto en materia de defensa.
«Japón no puede pasar por alto el reciente desarrollo y perfeccionamiento norcoreano de nuevas tecnologías, como las armas hipersónicas de planeo y los misiles con órbitas irregulares», expresó Kishida, argumentando al mismo tiempo, que «China continúa fortaleciendo sus fuerzas armadas sin transparencia suficiente, desarrollando también, dijo, sus «intentos unilaterales de cambiar el ‘statu quo’ en el Asia-Pacífico».
«Con la creciente asertividad de China en las aguas circundantes y la reciente reanudación de las pruebas de misiles balísticos por parte de Corea del Norte, el entorno de seguridad alrededor de Japón se está volviendo rápidamente más severo», remarcó el primer ministro de Japón, señalando también, que su gobierno considerará «todas las opciones para impulsar la defensa, incluida la adquisición de la capacidad de atacar las bases enemigas», insistió el mandatario.
A pesar de que la actual Constitución del país, adoptada luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial como colofón de su derrota sufrida frente a las fuerzas aliadas, y que limita el alcance de la capacidad militar nipona, Kishida también expresó su esperanza de un mayor debate sobre la revisión constitucional y se comprometió a concluir una revisión profunda de la política de seguridad en aproximadamente un año.
«Los legisladores «tienen la responsabilidad de considerar seriamente» si enmendar o no la ley suprema, redactada bajo la ocupación aliada de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, que entró en vigor en 1947″, manifestó el primer ministro japonés ante el Parlamento. «En una época de cambios rápidos, deberíamos provocar un amplio debate entre el público sobre si la Constitución actual es adecuada para hoy», dijo.
