Las condiciones de la gravedad de la Luna son bajas, y su superficie es muy compleja, ya que no hay atmósfera, y la temperatura de su clima puede cambiar rápida y drásticamente. Además, las partículas de su suelo están más ligadas entre sí.
Según dió a conocer el martes, el medio chino South China Morning Post, un equipo de investigadores de la República Popular China está llevando a cabo la construcción de una novedosa instalación científica que tiene como objetivo simular el entorno de baja gravedad de la Luna, en aras de proveer datos importantes como parte del programa de exploración lunar de China.
La instalación, ubicada en la ciudad oriental de Xuzhou, en la provincia de Jiangsu, sería la «primera de su tipo en el mundo», y «llevaría la simulación lunar a un nivel completamente nuevo», declaró Li Ruilin, científico principal del proyecto de la Universidad China de Minería y Tecnología, aseverando que la misma, se pondrá en marcha en los próximos meses, y desempeñará un papel clave en las futuras misiones lunares de su país, incluida la construcción de infraestructuras en la Luna, como es el casio de la base lunar internacional que planea construir en el satélite natura del la Tierra, junto con Rusia.
El experto aseguró, que es posible que el simulador lunar haga que la gravedad «desaparezca», detallando, que la baja gravedad puede lograrse en un avión o en una torre de caída, la cuál se produciría de manera momentánea, mientras que en la nueva instalación «ese fenómeno puede durar todo lo que se quiera», dijo.
Ruilin agregó, que en el centro del simulador chino fiue instalada una cámara de vacío con una ‘miniluna’ de 60 centímetros de diámetro, e indicó, que el diseño del paisaje lunar artificial se hizo en base de rocas y polvo, «tan ligeros como los de la Luna original», donde la gravedad es aproximadamente una sexta parte de la del planeta Tierra.
«Cuando el campo magnético es lo suficientemente fuerte, puede magnetizar y hacer levitar objetos, desde una rana viva hasta una castaña contra la fuerza gravitatoria». «Algunos experimentos, como las pruebas de impacto, solo necesitan unos segundos en el simulador», explicó Li Ruilin.
El científico chino señaló, que «simular el duro entorno lunar en la Tierra no fue tarea fácil», ya que, argumentó, «la fuerza magnética necesaria es tan fuerte que podría destrozar componentes como los cables superconductores, y hay que añadir los numerosos componentes metálicos necesarios para la cámara de vacío, que no funcionan correctamente cerca de un imán potente».
A partir de estos retos, Ruilin expresó a South China Morning Post que el equipo de investigadores desarrolló una serie de innovaciones técnicas para superarlos, como es el caso de la simulación de polvo lunar que podría flotar más fácilmente en el campo magnético, y la sustitución del acero por el aluminio en algunos de los componentes clave.
Los investigadores a cargo del proyecto, creen que el desarrollo de una instalación como esta, podrá permitir a los científicos probar los equipos y evitar costosos errores de cálculo en una simulación del entorno lunar extremo, en el que las rocas y el polvo pueden comportarse de forma completamente diferente a como lo hacen en la Tierra.
«El simulador lunar también podría utilizarse para probar si las nuevas tecnologías, como la impresión en 3D, podrían utilizarse para construir estructuras en la superficie lunar. Por otro lado, ayudaría a evaluar si es posible levantar allí un asentamiento humano permanente, incluyendo cuestiones como la capacidad de la superficie para atrapar el calor», explicó el científico chino.
«Algunos experimentos realizados en el entorno simulado también pueden darnos algunas pistas importantes, como dónde buscar agua atrapada bajo la superficie», añadió Ruilin.
Las condiciones de la gravedad de la Luna son bajas, y su superficie es muy compleja, ya que no hay atmósfera, y la temperatura de su clima puede cambiar rápida y drásticamente. Además, las partículas de su suelo están más ligadas entre sí.
La sonda lunar china Chang’e 5 encuentra la primera evidencia ‘in situ’ de agua en la superficie de la luna
El módulo de aterrizaje lunar chino, Chang’e 5, ha enviado la primera evidencia in situ de agua en la superficie de la luna. Durante mucho tiempo se pensó que la luna estaba totalmente seca, pero los científicos confirmaron la presencia de agua en su superficie hace poco más de una década.
Los hallazgos del rover chino se habían basado hasta el momento, en observaciones orbitales, pero el último estudio, publicado en Science Advances el viernes último, aseguraron que el módulo de aterrizaje había detectado signos de moléculas de agua (H2O) o un pariente químico cercano, hidroxilo (OH).
«Es como un ‘viaje de campo’ a la Luna, la primera oportunidad de detectar signos de agua a corta distancia y en alta resolución en la superficie lunar», declaró a China Science Daily, Lin Honglei, autor principal del estudio del Instituto de Geología y Geofísica de la Academia de Ciencias de China.
Chang’e-5 envió muestras de rocas de la luna a principios de 2020 y, desde entonces, el módulo de aterrizaje ha estado realizando más observaciones, incluido un análisis de las características del agua lunar.
Expertos creen, que la mayor parte del agua en el suelo lunar es el resultado del «viento solar» que llevó átomos de hidrógeno a la superficie de la luna, donde reaccionaron con el oxígeno en los minerales de la superficie para formar agua e hidroxilo.
El módulo de aterrizaje de Chang’e 5 usó un espectrómetro mineralógico para analizar la composición química de las rocas y el suelo en el lugar de aterrizaje y encontró una concentración de agua de menos de 120 partes por millón (ppm), o aproximadamente equivalente a 120 g de agua en una tonelada, en el suelo lunar, detalla el South China Morning Post.
En contraste, la concentración de agua en la roca era de aproximadamente 180 ppm, una diferencia que, según los investigadores, podría deberse a que la roca se origina debajo de la superficie, donde puede haber una fuente de agua adicional. El estudio se basa en años de investigaciones anteriores que examinan la presencia de agua en la luna.
