Medios de prensa locales reportan sobre la notable escasez en los principales mercados de productos agrícolas, como las zanahorias, lechuga, la papa y el plátano. 

Panamá vive desde hace varias semanas intensas jornadas de protestas en las calles. Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden son el colofón del descontento generalizado frente al gobierno de Laurentino Cortizo, quien asumió al cargo de presidente en julio de 2019, ante el agravamiento del desabastecimiento y el aumento de los precios en todo el país.

Medios de prensa locales reportan sobre la notable escasez en los principales mercados de productos agrícolas, como las zanahorias, lechuga, la papa y el plátano. La crisis se complica aún más por el cierre de los negocios debido a la inseguridad de los acontecimientos.

Numerosos campesinos ha alertado a las autoridades sobre las consecuencias que se derivan del aumento de los precios de los productos alimenticios básicos, por una parte, la falta de mantenimiento de los cultivos y la escasez de insumos para las actividades agrícolas, así como, las dificultades para el transporte de las cosechas han tenido como resultado que muchas de estas se pierdan en los campos.

Según indicó el martes, el presidente de Sindicato de Industriales de Panamá, Luis Frauca, «el Gobierno nacional debe continuar trabajando en la búsqueda de un diálogo transparente, con la participación de todas las partes representativas y establecer mecanismos que garanticen que los compromisos que adopten sean viables, medibles y, lo más importante, que se cumplan».

El cierre de carrteras, incluida la Carretera Panamericana, que conecta al país con el resto de Centroamérica, después de que los sindicatos rompieran el compromiso pactado con el Gobierno de levantar los bloqueos, ha conllevado, a su vez, que productos como la carne, la leche y las legumbres también hayan comenzado a faltar en las estanterías de los mercados. La situación pone en peligro la seguridad alimentaria de Panamá, advierten los patronales, por su parte.

El acuerdo pactado entre el Gobierno y los sindicatos preveía establecer un precio congelado del combustible de 3,25 dólares por galón, a partir del pasado 18 de julio, no obstante, esto no fue suficiente para los manifestantes.

Como argumento, los sindicatos señalan que el acuerdo con el gobierno panameño fue firmado bajo presión, al tiempo, que, indican, no se negoció sobre unas de las demandas principales de las manifestaciones que son la bajada de precios de la canasta básica y los medicamentos.

Panamá, donde no hay ni una sola refinería, es uno de los países de la región latinoamericana que importa el 100 % de los derivados del petróleo que consume. A pesar de que su economía pudo salir mejor parada frente a los efectos de la pandemia global del coronavirus, lo cierto es que el alza de los precios de los combustibles pasó factura al bolsillo de los ciudadanos.

Por otro lado, en este país el suministro de combustible está exclusivamente en manos de empresas privadas y al gobierno, reprensentado por la Secretaría Nacional de Energía (SNE), solo le queda como maniobra establecer un precio tope a esos productos de alta demanda.

En un informe elaborado por la representante Residente Adjunta del PNUD en Panamá, Aleida Ferreyra, y publicado en 2021, se asegura que, «en el caso de Panamá, el crecimiento se ha mantenido alto en el contexto de la región, sin embargo, (está) concentrado en sectores productivos y provincias específicas, lo que se constituye en un factor estructural de desigualdad».

Por tanto, señala el texto, «pareciera que no solo se trata de mantener un crecimiento alto, sino también diversificado y balanceado territorialmente. De igual forma, las políticas y la inversión productiva se enfoca en las áreas con mayores ventajas comparativas del país, que por lo general son sectores que no son intensivos en mano de obra, lo cual tiene un impacto en la concentración del ingreso y, con ello, la capacidad de influir en la toma de decisiones».

Para 2015, un informe del gobierno panameño sobre la distribución de ingresos destacó que 10 % de las familias más ricas de Panamá poseía en sus manos 37,7 veces más ganancias que las familias más pobres.

144740cookie-checkPanamá vive intensas jornadas de protestas y represión en las calles en medio de alza de precios

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