Según declaró esta semana, el ministro de Defensa de Taiwán, Chiu Kuo-cheng, las tensiones de la isla con la China continental están en su peor momento en 40 años, con lo cuál advierte, hay un riesgo latente de un ataque accidental entre ambas partes.
Durante su discurso con motivo del 110.° aniversario del inicio de la ‘Revolución de Xinhai’, la cual estableció la primera república china, el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, aseguró que cualquier intento de intromisión extranjera en los asuntos internos de Taiwán es «inadmisible», manifestando que esa es una prerrogativa exclusiva de la República Popular China en aras de mantener la integriidad de la China continental, y de la cuál, la «provincia rebelde» de Taiwán forma parte.
«Taiwán es un asunto completamente interno de China y no se puede tolerar ninguna interferencia externa». «Nadie debería subestimar la determinación y poderosa capacidad del pueblo chino para defender la soberanía nacional e integridad territorial. La tarea histórica de la reunificación completa de la Patria debe ser cumplida y definitivamente será cumplida», enfatizó Xi Jinping en el acto durante unsa sesión solemne del Partido Comunista. citó South China Morning Post.
El mandatario chino se mostró a favor de «conseguir la reunificación de la Patria por medios pacíficos», ya que argumentó, ello «está más alineado con los intereses conjuntos de la nación china, incluyendo a nuestros compatriotas en Taiwán», remarcó Xi Jinping.
No obstante, el líder chino hizo énfasis en que China no dudaría en recurrir a la fuerza militar de ser necesario con el fin de «aplastar cualquier intento de establecer una independencia» oficial de la Isla del resto de la China continental.
Por su parte, desde la oficina del presidente taiwanés, Tsai Ing-wen, se reaccionó a las palabras del presidente Xi, aseverando que la Isla es de hecho un «Estado soberano e independiente», manifestando ante los medios de prensa locales que «el futuro de la nación descansa en las manos del pueblo de Taiwán», que en su totalidad acumula a unas 25 millones de personas.
Según declaró esta semana, el ministro de Defensa de Taiwán, Chiu Kuo-cheng, las tensiones de la isla con la China continental están en su peor momento en 40 años, con lo cuál advierte, hay un riesgo latente de un ataque accidental entre ambas partes.
Durante los años recientes, las tensiones entre Taiwán y China se han intensificado, en buena parte a causa de la confrontación que a nivel económico y diplomático vienen experimentando las relaciones entre el gigante asiático y Estados Unidos, y por la creciente alianza que en el plano militar ha recibido la Isla por parte de los intereses estadounidense en la región del Indo-Pacífico.
Es por ello que el Ejército Popular de Liberación de China ha aumentado últimamente, en más de 150 sus incursiones militares aéreas en el Mar de la China Meridional, incluyendo el espacio aéreo considerado por Taiwán como su zona de defensa exclusiva.
Taiwán es autogobernada por medio de una administración propia surgida desde 1949, cuando las fuerzas nacionalistas chinas lideradas por el general Chiang Kai-shek (1887-1975) se refugiaron allí tras la derrota militar sufrida por parte de los comunistas encabezados por Mao Zedong durante la guerra civil.
Como parte de una política de una política de reunificación de Taiwán con el resto de la China continental, el entonces líder del Partido Comunista de China, Deng Xiaoping, propuso en la década de 1980, un enfoque de integración denominado ‘Un país, dos sistemas’, mediante el cuál se pretendió desarrollar la coexistencia de los modelos políticos, económicos y sociales de la República Popular China y del resto de regiones «autónomas» como Hong Kong, Shangai y Taiwán.
No obstante, Xi Jinping al frente de los poderes del Estado y del Gobierno de China impulso la idea de establecer la política de ‘Una China’ como expresión de alcanzar la integridad total de los territorios de la China continental, ante las nuevas maniobras de potencias occidentales que han dispuesto el objetico claro de apoyar las aspiraciones independentistas de las regiones autónomas chinas.
