El actual gobernador del Departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, uno de los líderes opositores que lideró la acción golpista contra Evo Morales en 2019, asegura que los departamentos deben dirigir ellos mismos su desarrollo y librarse del centralismo.

A pesar de que en noviembre del 2020, el Estado Plurinacional de Bolivia regresó a las urnas dando como resultado un nuevo triunfo electoral del partido izquierdista ‘Movimiento al Socialismo’ (MAS) encabezado por el economista Luis Arce, los conflictos políticos y sociales del país andino de cara al 2022 no cesan, una vez que la derecha nacionalista boliviana opta ahora por el ‘federalismo’ como argumento para obstentar un poder que no le ha sido otorgado por la mayoría del pueblo boliviano.

Desde la ciudad de Potosí, ha sido convocado para el 15 de enero próximo, en la ciudad departamental de Santa Cruz (al este del país), un cabildo o asamblea popular callejera dirigida por líderes civiles afines a la derecha, bajo la convocatoria de defender a los dirigentes de las protestas contra Evo, y para demandar se den pasos por parte del gobierno masista hacia la instauración de una Bolivia federal en lugar de plurinacional, como estipula actualmente la constitución.

El actual gobernador del Departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, uno de los líderes opositores que lideró la acción golpista contra Evo Morales en 2019, asegura que los departamentos deben dirigir ellos mismos su desarrollo y librarse del centralismo.

Referente a este tema, en conversación para el medio de comunicación ruso Sputnik, el politólogo boliviano Gonzalo Balcázar, docente de la Universidad San Andrés de La Paz, sostuvo que «dos cosas hacen que el cabildo del 15 de enero sea potencialmente muy distinto: por un lado, es el primero al que se pretende dar el carácter de nacional, y por otro, el tema más trascendente y que no todos mencionan, el federalismo».

«Esta perspectiva, y no solo la coyuntura de la pausa de fin de año, podría explicar por qué los comités cívicos se dan un mes para organizar el cabildo», explicó Balcázar, argumentando, que no se puede pasar por alto el hecho de que la propuesta haya sido impulsada nuevamente desde Santa Cruz en las dos últimas décadas, siendo ese departamento el más rico del país.

Bolivia es un país cuyo territorio se extiende a lo largo de 1,1 millones de kilómetros cuadrados , en el cuál conviven alrededor de 11 millones de habitantes, casi dos tercios de su población están concentrados en los tres departamentos más ricos, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, mientras que el resto está escasamente ubicado en las otras seis regiones menos pujantes económicamente.

Camacho cree que en la promoción del federalismo territorial en Bolivia, está lo que denomina como, «solución de fondo» para derrotar el control del MAS en el Gobierno desde el 2006, acusando al partido fundado por Evo Morales de querer hegemonizar y perpetuarse en el poder.

Arce responde a la iniciativa derechista, asegurando que el MAS le ganaría a la oposición boliviana en todas las formas posibles de estructurar el país, incluída la vía federal.

Como reacción a la propuesta opositora en favor del federalismo impulsada por Luis Fernando Camacho, el presidente Luis Arce y varios sectores sociales del oficialismo Bolivia descalificaron la iniciativa, afirmando que «aquí el pueblo tiene la palabra siempre, es el que tiene que hacerse respetar», durante una marcha simpatizante con el Gobierno, rumbo a La Paz, capital del país.

«El pueblo boliviano ganó las elecciones en 2006 en un estado republicano, ganamos las elecciones en el estado plurinacional, ganamos elecciones con autonomías y ganaremos con federalismo», dijo Arce.

Durante una entrevista concedida a Sputnik, en el marco de su visita oficial a Cuba, luego de haber participado en la Cumbre del ALBA celebrada esta semana en el país caribeño, el presidente boliviano destacó que «a la oposición claramente no le gusta que le hayamos derrotando en las urnas con más del 55% el año pasado y está buscando siempre desestabilizar al Gobierno boliviano».

«Ellos pretendían quedarse con el poder, con el Gobierno, mucho tiempo, para ellos destruir al MAS, pero claramente el pueblo boliviano tiene otra lección, que se manifestó en octubre del año pasado. Por lo tanto, es claro que ellos van a continuar con su afán desestabilizador, lo van a hacer en todas las direcciones que ellos pueden», señaló el presidente de Bolivia.

Arce detalló a Sputnik, que «hay un relacionamiento con la derecha internacional, se coordina con ella, y ya ha habido varios intentos de movilización, con cualquier pretexto, utilizando la mentira, engañando al pueblo boliviano, a través de los medios de comunicación para que la gente reaccione en contra. Pero como lo hemos demostrado, en todas las movilizaciones no hay una base social, son simplemente mentiras. Pero evidentemente hay algunos sectores que se han dejado engañar con esas movilizaciones y han contribuido a este proceso de desestabilización», dijo.

Haciendo una valoración sobre la herencia dejada por el gobierno de facto de Jeanine Añez, al asumir la jefatura del Estado el año pasado, el mandatario boliviano resaltó que «la recesión en Bolivia era de 11%, hoy hasta el mes de septiembre hemos aumentado un 9% del crecimiento. Esperamos estar creciendo cerca del 6% entre enero y diciembre. Lo que quiere decir que, de cifras negativas pasadas, llegamos a positivas», puntiualizó el dirigente del MAS.

«Los datos económicos de reactivación, crecimiento, empleo nuevamente reducción de la pobreza, una mejor redistribución del ingreso del país, la gente ya lo está viendo, por lo tanto, a la derecha le inquieta que nosotros estemos logrando resultados en salud, educación y economía porque sabe que su estrategia de llevarnos a un revocatorio cada vez está más lejos porque el pueblo boliviano está conociendo el trabajo que estamos haciendo como Gobierno. Aunque evidentemente somos conscientes de que nos falta todavía», concluyó el presidente de Bolivia.

82210cookie-checkLuego de su ‘Golpe de Estado’, la derecha boliviana opta ahora por impulsar el ‘federalismo’ en la nación andina

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