En su discurso a la nación, Tokáev informó que en la antigua capital del país, Almatý, «se concentraron 20.000 bandidos» y que tenían un plan preciso para atacar las instalaciones militares, administrativas y sociales en todas las provincias, destacando la «alta preparación militar y la crueldad feroz» de los sublevados.

Este viernes, el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáev, ordenó a las fuerzas de seguridad de su país a «abrir fuego sin previo aviso contra los terroristas» que opongan resistencia, rechazando de primer plano, cualquier tipo de negociación con los «bandidos y violentos», que han destrozado instituciones administrativas en todos el paíscentroasiático, sumiéndolo en la violencia que ha dejado varios muertos y heridos, incluidos agentes del orden.

«Desde el extranjero instan a la negociación entre los bandos, para resolver los problemas políticamente. ¡Menuda estupidez! ¿Acaso es posible negociar con criminales y asesinos?», preguntó el mandatario en su discurso a la nación, informando que en la antigua capital del país, Almatý, «se concentraron 20.000 bandidos» y que tenían un plan preciso para atacar las instalaciones militares, administrativas y sociales en todas las provincias, destacando la «alta preparación militar y la crueldad feroz» de los sublevados.

«Las fuerzas de seguridad kazajas deben lidiar contra bandidos y terroristas preparados», «criminales armados y entrenados, tanto locales como extranjeros». «He ordenado a los cuerpos de seguridad y al ejército que disparen a matar sin advertencia», afirmó Tokáev, durante su alocución transmitida por el canal de televisión estatal Khabar 24, enfatizando, que a «los criminales terroristas es necesario eliminarlos».


«Los disturbios en el país están siendo incitados por los así llamados medios de comunicación libres y actores extranjeros ajenos a los intereses de Kazajistán», denunció el presidente kazajo, indicando que los «bandidos y terroristas dañaron no solo los edificios administrativos, sino también los bienes de los ciudadanos», y «atentaron contra la salud y la vida de centenares de civiles y de militares», dijo Tokáev en su discurso, y remarcó, que «por eso hay que aniquilarlos, y esto se hará próximamente».

El presidente de Kazajistán, agregó que en las manfestaciones que estallaron el pasado 2 de noviembre, en contra del alza del combustible gas, «se ve la mano de profesionales de la subversión ideológica, hábiles en el manejo de desinformación y noticias falsas y capaces de manipular los ánimos».

«Al parecer, había un puesto de mando preparándoles y guiándoles. El Comité de Seguridad Nacional y la Fiscalía General ya lo están investigando», aseveró Tokáev, y puso énfasis, en la necesidad de investigar a fondo el por qué la preparativos de los ataques terroristas que se han sucedido en el país en medio de las protestas, han pasaron desapercibidos por las fuerzas de seguridad del Estado.

«Es de importancia crucial entender por qué los preparativos de ataques terroristas, por parte de células durmientes en la clandestinidad, han pasado desapercibidos por el Estado. Solo Almaty ha sufrido el ataque de 20.000 extremistas», recalcó Tokáev.

En ese orden, el presidente de Kazajistán anunció haber «creado un grupo interdepartamental que se encargará de encontrar y aprehender a criminales y terroristas». «Prometo a la ciudadanía que todas estas personas serán sometidas a las más rigurosas sanciones penales», «los trágicos acontecimientos de estos últimos días «arrojan una luz nueva sobre problemas de la democracia y los derechos humanos», señaló el político.

«La democracia no es permisividad y, ni mucho menos, incitación, incluso en los blogs, a cometer acciones ilícitas». «Como ha mostrado la tragedia de Almatý y otras ciudades de Kazajistán, precisamente el incumplimiento de leyes, la permisividad y anarquía conducen a la violación de los derechos humanos», subrayó Tokáev.

Durante su intervención, el mandatario de Kazajistán expresó su agradecimiento a Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán por atender rápidamente a su solicitud de asistencia militar en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), autorizando el envío de fuerzas de mantenimiento de la paz a su país.

18 miembros de las fuerzas de seguridad kazajas han perdido la vida, dos de ellos resultaron decapitados, y 748 han resultado heridos en los disturbios. A su vez, 3.706 manifestantes han sido detenidos por las autoridades hasta el momento, según un comunicado del Ministerio del Interior de Kazajistán.

87701cookie-check«Con los terroristas no se dialoga, se les aniquila sin previo aviso», manifestó el presidente de Kazajistán

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